Precisamente hoy, sale a la venta el nuevo disco de Bjork, titulado Médulla. El disco ha causado algo de expectación, primero porque la islandesa no había sacado ningún disco nuevo desde el 2001, y además, porque como en todas sus producciones, Bjork siempre sorprende por sus innovaciones musicales y visuales.
En este caso, lo que diferencia a este disco de sus antecesores, es el concepto: se trata de un disco totalmente vocal. Esto no significa que vamos a escuchar un disco a capela o algo así, sino que todos los sonidos que aparecen en él están realizados por voces humanas. Los instrumentos, ritmos, coros y demás efectos que van desde ruidos de animales hasta de bombas explotando, todito está hecho con voces.
A diferencia de Vespertine, del 2001, donde Bjork lo hizo casi todo solita, en Médulla enlistó a un enorme grupo de amigos cuya especialidad fuera crear sonidos peculiares con la boca, o ser vocalistas realmente excepcionales. Así, nos econtramos a Rahzel (gringo, ex de The Roots), Dokaka (japonés), y Schlomo (británico), encargados de proporcionar los bajos y las percusiones, actividad que en el mundo del hip-hop, se conoce como beatboxing, y en la que Rahzel es el rey indiscutible. También participan en el disco cantantes de garganta, coros islandeses e ingleses, trompetas humanas y ya más en el mundo del pop, el inglés Robert Wyatt, Mike Patton (Faith no more) y hasta la Kelis, la de «my milkshake...».
A pesar de que ya se han hecho incontables intentos de hacer música totalmente vocal, creo que este disco no suena a nada de lo que se ha hecho anteriormente, al menos yo nunca he oido algo así en mi vida. Por algo Bjork es considerada una de las las artistas pop más importantes del mundo. En este link se puede oir el disco completo, para que los bloggeros y bloggeras lo escuchen y den su opinión.
Muy recomendables, están Oceania (que cantó en la inauguración de los Olímpicos), Who is it?, y Triumph of a heart.
Bjork rockea.
El arte perdido de cambiarle la letra a las canciones
Caminando por la calle, vi en un parque a algunos niños jugando. Mientras los observaba (no de una manera pervertida) con sus game boy advance y sus juguetes de alta tecnología, me pregunté que habría sido de la costumbre que los niños de mi generación teníamos: cambiarle la letra a las canciones de moda.
No se si sea una tradición de todas partes del país, pero los niños de mi ciudad, nacidos entre finales de los setentas y principios de los ochentas lo hacíamos todo el tiempo. Desconozco si se trataba de creaciones originales de mi región o eran simplemente cantos que llegaban de boca en boca desde otros lugares. El proceso era sencillo; se tomaba una canción de moda y se le cambiaba la letra original por otra chusca y/o escatológica, y ¡a cantar se ha dicho, amiguitos!
El ejemplo que recuerdo con más precisión es el del éxito ochentero de Yuri, â??¿Qué te pasa?â?. La onda iba así: ¿qué te pasa?/te estás haciendo caca/fuiste al baño, no hay papel/te limpias con el dedo/te lo chupas sin querer/te sabe a caramelo. Una delicia (musical).
Un caso menos extremo es el de Diego Verdaguer. Su canción era la de â??Mi corazón es delicadoâ? o algo así y las niñas de mi escuela la cantaban como sigue: mi corazón es de licuado/leche con pan y pan tostado. Es todo lo que recuerdo, pero era divertido.
Una vertiente diferente era la de ponerle letra a canciones instrumentales, como la clásica del Can-Can. Aquí los niños iban más allá, introduciendo un personaje famoso en el juego, nuestro querido Batman, pero el de la serie viejita, supongo. Imagínense el siguiente texto a ritmo del Can-can: Batman sale disparado por el bati-baño a comprar papel/pa-pa-pa-pa-pel/Robin, su mejor amigo le picó el fundillo con un alfiler. El niño al que se le ocurrió esa letra debe ser un verdadero genio.
Los bloggeros y bloggeras de todas partes del país pueden sacarme de la duda, ¿en sus ciudades existía tal costumbre? Si la tenían, pues compartan sus letras cambiadas.
Talvez yo estoy tan desconectado de la realidad infantil actual, que no se que los niños del nuevo milenio siguen cambiándole la letra a las canciones. Si lo hacen, que bueno, y si no, pues deberían de hacerlo. Solo que ahora sería un poco más difícil, porque le tendrían que cambiar la letra a canciones de Eminen y de TATU. Está cabrón cambiar letras de racismo, homofobia y lesbianismo adolescente.
Oda a los Flaming
Llámenme ignorante. Pueden hacerlo, vamos. Lo acepto, mi ignorancia musical es profunda, pues entre más música voy descubriendo, más me doy cuenta de todo lo que desconozco. Lo peor de todo es cuando â??descubroâ? cosas que siempre habían estado frente a mis narizotas.
Caso 1: Los Flaming Lips. Había escuchado hablar bastante de ellos y de lo buenos músicos que eran, pero realmente nunca les había puesto atención. Hace aproximadamente dos años, bajé algunas canciones del Audiogalaxy, pero sinceramente no me parecieron la gran cosa, y las erradiqué de mi disco duro. Hicieron falta años para, accidentalmente, volver a escuchar las MISMAS canciones y enamorarme de ellas. Ahora sí les puse atención y me di cuenta de lo ricas que eran en todos los aspectos. Todas eran del disco Yoshimi Battles the Pink Robots, album que habla de una chica que tiene que ajusticiarse a un grupo de robots invasores, y de todo lo que rodea su mundo: viajes a otras constelaciones y regresos al pasado, robots que aprenden a sentir amor y gente que no entiende la inevitabilidad de la muerte. Suena loco y estrafalario, pero a pesar de lo extraños y fumados que parezcan estos cuentos de ciencia ficción, poseen una coherencia por la que muchos grupos serios matarían. Además, casi todas estas canciones suenan demasiado felices para ser verdad, y efectivamente, entre más las escuchas, más reconoces una fina mancha de melancolía que está presente en todo momento del disco y que te muestra que no todo es color de rosa. Esta dualidad se encuentra muy pocas veces de una manera tan bien realizada en la música actual.
El sonido de este disco está lleno de referencias a las películas y programas de marcianos de décadas pasadas, pero muy bien combinadas con un pop rock muy accesible y beats que nunca tratan de protagonizar. Para mí, es una muestra de música vanguardista e inventiva que aun así puede llegar a ser muy popular. Definitivamente, uno de los mejores discos que he escuchado en mi vida.
Después de investigar en la WWW, supe que los Flaming tienen alrededor de veinte años de existencia, haciendo música increíble. ¿Pueden creerlo? Veinte años y nunca los había escuchado. Afortunadamente, ahora podré escuchar todos sus discos viejitos y ser testigo de la evolución que los llevó a realizar la fregona música que hoy están haciendo. Espero que los bloggeros y bloggeras que ya los han escuchado estén de acuerdo conmigo y los que no los conocen, pues en su página oficial pueden escuchar gratis el disco completo. A ver que les parece. Mientras tanto, miraré hacia fuera y sabré que el verano ha llegado (W. Coyne).
Muy bonita, y además sabe rockear
Hace unas semanas el que escribe se llevó una muy agradable sorpresa al descubrir que Melissa Auf der Maur ya tiene una nueva banda, y que, en la tradición de Jon Bon Jovi y Polly Jean Harvey, la ha bautizado simplemente como Auf der Maur.
¿Que si quién es Melissa Auf der Maur? Pues nomás la bajista de dos de los grupos más importantes de los noventas, Hole y Smashing Pumpkins. Con Hole participó en Live through this y Celebrity Skin, y con los Pumpkins apenitas alcanzó a tocar en el Machina.
Como dije, la sorpresa fue muy agradable, porque Auf der Maur no suena para nada a los grupos mencionados anteriormente; tiene de hecho un estilo bastante definido. Es un rock duro con riffs inspirados en grupos setenteros como Black Sabath, pero que no deja de sonar actual. Las canciones están muy bien compuestas y además, Melissa canta realmente bien, mucho mejor que la Courtney y el Billy (aunque eso no es mucho decir). Para acabarla, es una chica increiblemente guapa, me atrevo a decir que es la rockera más bonita en la actualidad ( Avril no cuenta )…. en fin, creo que me estoy enamorando :D.
Pueden checar su página aquí, para que vean que no estoy exagerando o que se den cuenta que de plano, el amor me ha cegado.
*Este post no va a cambiar el rumbo de la humanidad ni nada, solo lo puse como una nota de nostalgia para todos aquellos noventeros que se acercaron a la música gracias al Grunge.
5 cosas que no tienen razón de ser
Este post no tiene la intención de ser uno de esos posts que se quejan de todo y de todos, que siempre anda pateando a los otros posts más chicos o que solo utiliza a las postitas para llevarlas a la cama y nunca les vuelve a llamar.
Este post trata de comportarse de una forma madura y a la altura de las circunstancias. De hecho, este es un post respetuoso y tolerante, algo así como una Rigoberta Menchú, pero con conecciones en el mundo virtual y con ropa de marca.
Su misión solo es analizar de manera clara y objetiva ese tipo de situaciones en las que por mas que uno las ve, no les puede hallar el lado. Casos en los que no le queda a uno más que decir: no mames. Es decir, cosas que no tienen razón de ser. Chan, chan, chan.
1.Las compañías que traducen los nombres de las películas gringas. Disculpe usté mi ignorancia, pero yo quiero suponer que existe alguien dedicado a traducir los nombres de los éxitos hollywoodescos para darles un sabor más «mexicano». Pues… quiero aprovechar para decirle (si está leyendo esto) que ESTí HACIENDO UN TRABAJO MUY CAGADO. La historia de las malas traducciones de títulos data de tiempos muy antiguos, y a pesar de los grandes desarrollos en la ciencia y la tecnología, nuestro país sigue siendo víctima de la misma plaga. Sí, señores, aun en el 2004, tenemos títulos de películas que no tienen sentido. ¿Ejemplos? a)Perdidos en Tokio (Lost in translation). Oiga, don traductor, si vio la película por lo menos 20 minutos, se daría cuenta de que nadie se perdió en Tokio. Nadie. Y no trate de argumentar que se trataba de una traducción metafórica porque simplemente no le vamos a creer. b)Espíritus Ocultos (Gothika). Esta ni siquiera merece un insulto, pero bueno, ya que estamos aquí: ¿Qué no se supone que si se trata de una película donde la Halle Berry puede ver a los espíritus, no viene implícito que los espíritus NO están ocultos? Halle Berry los puede ver, Espíritus, escóndanse para que queden mejor con la traducción.
2.Comerciales en el cine. Yo no tengo ningún problema con ver comerciales en la tele. Algunos son mejores que los propios programas, y pues, entiendo que se trata de un mal necesario, porque si estoy viendo televisión abierta gratuita, de alguna manera se tienen que pagar los gastos de las transmisiones y los sueldos de los actores. Pero, recuerdo haber comprado un boleto de 45 o más pesos para entrar a ver El día después de mañana. Y aun así me están obligando a chutarme como 15 minutos de comerciales aburridos que hasta le roban el tiempo a los trailers. Dejemos algunas cosas claras, dueños de Cinemark/Cinepolis: No voy a salirme corriendo de la sala a comprar la soda que supuestamente se me olvidó comprar, y que ustedes sutilmente me están recordando con sus divertidos comerciales. No tengo ganas de tomarme una Corona en este momento; si tuviera ganas, no estuviera aquí, estuviera en una cantina o algo así. No tengo dinero para comprarme el nuevo Altima-Platina-Maxima; por más mensajes subliminales que le metan a la proyección, no me alcanza. Sorry.
3. Que nuestros impuestos paguen por la propaganda política. No se me ocurre ninguna otra forma más descarada y más inútil de gastar el dinero del pueblo. Sí, yo se que hay muchas otras más, pero esta es la peor de todas. Es como Daryl Hannah en Kill Bill 2. El gobierno les entrega cientos de millones de pesos a los partidos para malgastarlos en comerciales donde lo único que todos hacen es echarse mierda unos a otros, en vez dehablar de sus propuestas políticas. Mucho de ese dinero se va a la calle, donde todos podemos ver lonas de los partidos peleándose por un lugar decente en el poste de luz, y que realmente no van a cambiar la decisión de voto de nadie. Al final del día, parece que su único objetivo es afear y ensuciar aun más a nuestras ciudades. Mención honorífica para los idiotas que PAGARON por rotular sus carros con fea propaganda política, con la esperanza del hueso sexenal.
4. Cuando las señoras bailan el Zacuzá en lugares inapropiados. Lo acepto, yo bailaría el Zacuzá en la boda de mi prima, por ejemplo. Hay algo esencialmente adorable en las canciones como el Zacuzá o la Golosa o la Macarena: son tan malas, que te causan ternura y solo quieres adoptarlas por lo menos por los próximos cuatro minutos. Pero por favor, cuando ves señoras en el centro de la ciudad bailando y cantándolo mientras esperan el camión; cuando ves que la fila de las tortillas se convierte en la mesa que más aplauda; cuando te das cuenta que a tu sobrinita de dos años le están enseñando un baile que inventaron en un teibol del DF; cuando vives todas esas cosas, te das cuenta que hay que poner un límite. No sé cual sería la solución, pero si las cosas siguen igual, por lo menos que alguien me mande a la niña.
5. Los perros de mentira que ponen afuera de las casas. No se si en todas las ciudades esto sea una costumbre socialmente aceptada, pero aquí hay varias casas que practican este rito. Se trata de perros de tamaño natural y de cerámica, que la gente pone de noche para que los de afuera piensen que lo que están viendo es un perro de verdad. Yo he visto varios, y después de medio segundo, siempre me doy cuenta que ese perro se lo ganaron en la feria. Nadie es tan imbécil como para no darse cuenta después de un parpadeo que lo que está frente a ellos, de hecho ni respira. Sinceramente creo que los rateros les roban primero a las casas que poseen estas â??mascotasâ?, porque se han de sentir realmente ofendidos de que la gente crea que los van a engañar con ese truco.
De seguro cada bloggero(a) tiene su propia lista de cosas sin razón de ser. El que escribe no sabe aun si estas son sus 5 principales o las primeras 5 que se le ocurrieron. Eso, eso solo el tiempo lo dirá, compadre. ¡Ajúa!