Ciudad de México (15 abril 2002).- El rugido de Jaguares encontró eco en las 55 mil personas que ayer poblaron la plancha del Zócalo capitalino, como testigos del concierto con el que la banda creada por Saúl Hernández terminó con un periodo de siete años sin realizar un espectáculo gratuito en el DF.
En febrero de 1995, Caifanes, antecedente directo de Jaguares, tocó en la explanada de la Delegación Venustiano Carranza, y el acto concluyó en medio de actos vandálicos que provocaron, durante algún tiempo, la prohibición gubernamental de espectáculos musicales al aire libre.
No obstante, Jaguares llegó por primera vez al Zócalo, «uno de los centros más poderosos del universo», como lo calificó el vocalista, y comprobó que la euforia adolescente no siempre deriva en desmanes, pues el saldo fue blanco, de acuerdo con autoridades policiacas.
El show dominical, que formó parte del 18 Festival del Centro Histórico y no estuvo exento de consignas políticas, Hernández lo dedicó a «la raza que fue a la Venustiano Carranza, porque desde entonces no nos habían dejado tocar», ya cuando habían interpretado «Dime de un Amor que no ha Sufrido» y «Amanece».
Durante las dos horas que permaneció en la tarima, el quinteto transformó su presentación en pretexto para convidar a colegas en la festiva tarde: así, Cecilia Toussaint unió su voz en «No Dejes Que», » Hasta que Dejes de Respirar», en la cual también colaboró Federico Fong (bajista de La Barranca), y «Afuera».
En tanto, en «Detrás de los Cerros» se sumó el acordeón de Julieta Venegas, mientras que «Será por Eso», contó con la voz de José Fors, ex líder de Cuca.
«El futuro está aquí, no allá (en Palacio Nacional), haz historia, raza», señaló Hernández antes de «La Vida no es Igual», pero el pronunciamiento más politizado resultó su referencia a Digna Ochoa, la desaparecida defensora de derechos humanos, a quien dedicó «Imagíname».
«Esta canción va para los asesinados a traición, como Digna Ochoa, quien trató de limpiar el camino y fue aniquilada», expresó antes del final acústico con «La Célula que Explota» y «Antes de que Nos Olviden».
Si bien no hubo incidentes mayores, decenas de jóvenes, sobre todo los que se apostaron cerca del escenario, tuvieron que soportar la presión de la multitud y ser atendidos por sofocamiento.
fuente: ALBERTO CASTILLO / Grupo Reforma | foto: Diego Salcido