Una de las cosas que me repatea es el maltrato a los niños, a los animales y por extensión, a todo aquello que no pueda defenderse como para evitar ser maltratado.
Hoy vi a una tipa con un niño de brazos (no soy bueno para calcular edades de bebés, pero debió andar en a lo más año y medio) con el rostro completamente quemado. Toda su cara es una gran cicatriz, incluyendo la cabeza, donde apenas crece un poco de cabello por aquí y por allá. El pobre bebé no tiene cejas, ni labios, ni nariz; llevaba puestos unos guantes, imagino que sus manos están también quemadas.
Yo me pregunto qué jijos de puta estaba haciendo la imbécil de su madre en el momento que el niño se quemó. Para el 90% de casos casos así no hay disculpas, no se trató seguramente de un accidente inevitable, debió ser más bien la «negligencia» de los padres o, para decirlo claramente, maltrato al menor.
Desgraciadamente en México cada vez es más común el maltrato a los niños y la violencia intrafamiliar. Para datos (y para limpiarse los ojos) no hay como acudir a un hospital donde atiendan a niños de escasos recursos; ahí puede verse la brutalidad cometida hacia los pequeños mediante violaciones, golpes, quemaduras, intoxicaciónes y demás.
Y es que el maltrato no es sólo por violencia, también lo puede ser el descuido, la violencia verbal, la falta de cariño, qué se yo. Mi hermana prestó su Servicio Social en el Hospital del Niño DIF Hidalgo, generalmente llegaba a casa con una historia terrible, algún «accidente» inexplicable que ponía en peligro o terminaba con la vida de un menor:
– Una niña con el cráneo fracturado porque, en explicación de sus «padres», se «cayó» del sofá.
– Un bebé que «solito» se bebió un litro de veneno para ratas.
– Una niña que se «cayó» de la bicicleta e inexplicablemente se rompió ambas piernas y obtuvo múltiples golpes.
Hasta cuándo seguirán viéndose abusos de este tipo, en los que los «padres» ni siquiera son cuestionados, o cuando así es, no son castigados de manera adecuada. Vivimos en una sociedad que vive su violencia en secreto, que por fuera se ve bonita pero por dentro apesta como ni cual.
¿Hasta cuándo?