Les dejó esta reseña que me envió el estimado Olimetam sobre un viaje que hizo la semana pasada a Sonora, tierra querida por muchos bloggeros (me incluyo).
Son los detalles personales de lo que él pudo percibir en este su viaje a tierras sonorenses.
» Al llegar a Sonora, en el avión observaba la pista y donde iba yo a aterrizar, miraba el alrededor del aeropuerto de Hermosillo y solo veía un árido lugar, una vida desierta que se veía reflejada en las historias que Clunky nos cuenta. Sola, creativa y con mucho calor.
Polvoriento y caluroso -aclaro que no es por denigrar-, pero esa fué mi primer impresión de Sonora, observaba la vida que ofrecen los Sonorenses y a la par imaginar como nuestro Clunky desarrolla cada vida diaria en esta incesante y tranquilísima vida del norte del país.
Mis ojos y mi trasero no podían creer que trasladarse a Nogales desde Hermosillo es más incomodo que permanecer en mi Periférico Sur tres horas de camino, entre cordilleras, cerros, cactus y un sol que desganaba al más pisteado de sus historias.
Mirando lo que solíamos cruzar, como el Boulevard Solidaridad que desemboca en el desierto que te conecta a Carbo y Benjamín Hill, a cada metro se ve un expendio de cerveza Tecate, donde veía reflejado al clunky teniendo problemas con la autoridad y soltando golpes en medio de tierra suelta y botas polvorientas con su carro parqueado en medio del carril de alta velocidad frente a un poste, que â??iba pasando por ahíâ? y se le atravezó a nuestro amigo.
Llegando a Nogales preparamos el evento del vuelo inaugural, me entretuve y no medí el tiempo y fuimos a comer a «EL MARCOS», un lindo y típico lugar de carnes.
Al otro día se realizó el evento, celebramos en las » HERRADURAS » y no supe más nada de mí.
Al tercer día me metí al blog, para saber alguna respuesta, algún mail de Clunky, pero nada…
Pasaba el tiempo, el sol empezaba a sofocar en ese pueblo a todo el mundoâ?¦ decidí conocer el centro de Nogales, permanecía en el Fiesta Inn.
Fue el día mas aburrido de mi existencia. No me puedo quejar de la gente, los Sonorenses es gente de lo más tranquila y amable,
pero no hay nada, todo se desarrolla en la frontera, en Tucson, donde fui a conocer más de 100 tiendas y en las que los dólares disfrutaban del halloween y no de la fiesta de muertos. Al llegar a Tucson y ver a los uniformados pidiendo tus documentos, me pareció ver a uno de ellos aun con cara de fuchí, después de que paro al Clunky y su chofer, donde se tiraron una olorosa flatulencia en la camioneta.
De regreso llegué nuevamente al centro, me despegué de mis amigos y seguí conociendo lugares para comer, llegué a Applebits, lugar rico para comer y â??pistearâ? de lo más rico.
Para regresarme a mi hotel Fiesta Inn, decidí tomar un autobús, como en el que Clunky golpeaba a cuanto conductor gordo y feo manejaba sin educación. Lo cual a mi no me pasó, son lentos, son como el metrobus de aquí en Reforma, en la ciudad de México, y bueno me dió más flojera aún.
Para cerrar, Sonora sólo se dedica a vender carne, muy rica y a hacer cabrones ebrios como Clunky, donde la imaginación hace de las suyas en cada historia que nos envuelve en medio de la Red y del blog de blogs.
Viva Sonora !!!!! pero mi DF es mejor. » Saludos del Olimetam.