Hoy hace exactamente 50 años, John Fitzgerald Kennedy, el presidente número 35 de los EUA fue asesinado en la Plaza Dealey en Dallas, Texas. La versión oficial cuenta que se trató de un asesino solitario de nombre Lee Harvey Oswald, que a su vez fue asesinado al día siguiente por Jack Ruby, un hombre de esos que hoy se conocería como «empresario sinaloense».
La historia del asesinato de Kennedy le dió la vuelta al mundo. El video del sastre ruso Abraham Zapruder que logró hacer una toma del momento justo del asesinato y que incluye a la primera dama recogiendo pedazos del cráneo del presidente, es el video más analizado, visto y desmenuzado de la historia hasta antes de la llegada de PSY y su Gangnam Style. Y junto con la historia de Roswell y el ataque a las torres gemelas, ha sido fuente inagotable de inspiración para los abundantes conspiranoicos que en todo evento ven la mano de los malvados y poderosos señores del dinero que gobiernan al mundo detrás de la cortina.
Uno de los elementos que han provocado que se activen las alarmas de los conspiranoicos es el caso del «hombre del paraguas»:
El día 22 de Noviembre de 1963 en Dallas, justo en el momento en el que John F. Kennedy fue asesinado, se puede apreciar a un hombre sosteniendo un paraguas completamente abierto apenas a unos metros de la escena del crimen. Ese día a nadie más a su alrededor parecía molestarle el sol y la temperatura era templada, agradable y sin lluvia. ¿Por qué un hombre utilizaría un paraguas abierto justo en ese momento? ¿Sería una señal para el asesino? ¿Acaso el paraguas era también un arma?
Bueno, existe una explicación y es tan extraña que parece que a nadie se le pudo haber ocurrido antes.
¿Que tal? Yo me quedo con las palabras de Tink Thompson:
«Si te encuentras con cualquier hecho que piensas que es realmente siniestro… nunca se te podrán ocurrir por tus propios medios todas las explicaciones no siniestras o perfectamente válidas para explicar ese hecho. Esta es una historia aleccionadora»