Hoy las agencias de noticias publicaron la nota sobre las primeras uniones matrimoniales homosexuales en México. Como es de esperarse, muchos hombres miramos el asunto con recelo (y algunos con franca rabia homofóbica). Y es que para muchos nos es difícil de entender a alguien que es hombre y no desea serlo. En serio, ser hombre y sentirse hombre es de lo mejor. Pero, sucede algo extraño. Los hombres modernos a veces somos como adolescentes y en casos extremos, hasta como niños aun a los treinta y cuarenta años.
De alguna manera, esto no es una falla propia de los hombres. Es una falla en una cultura en la cual los ritos de transición han desaparecido, dejando a los hombres perdidos y a la deriva sin saber con seguridad cuando es que se deben convertir en hombres. Hoy en día los hombres carecen de una comunidad masculina para iniciarlos en su nueva etapa.
A través del tiempo, muchas culturas han comprendido esto y han creado ritos de transición de las formas más diversas posibles, pero todas teniendo en común que el que acto debe de ser un acontecimiento que emocionalmente difícil y requiera dolor físico de forma tal que permita al niño mostrar coraje, fortaleza y la habilidad para controlar sus emociones a fin de que el niño deje de serlo y se convierta en un hombre.
Todo eso suena muy bien, pero, regresando al hilo argumental del inicio de este post los invito a conocer dos ritos de masculinidad que son francamente muy extraños, o tal vez debería decir “raros” en el amplio sentido de la palabra:
LOS ABORIGENES MARDUDJARA
El rito de transición de niño a hombre de los aborígenes australianos Mardudjara consta de dos partes: circunsición y subincisión. ¿No sabes lo que es la subincisión? Entonces continúa leyendo.
Cuando un niño aborigen llega a los 15 o 16 años, los líderes tribales lo llevan a una fogata y lo acuestan junto al fuego. Los demás miembros de la tribu rodean al chico mientras cantan y bailan. Otro grupo de hombres, llamados los Mourners, gimen y lloran mientras le efectúan la circuncisión al muchacho.
El líder que se hace cargo de la circuncisión se sienta sobre el niño con su pecho frente al pene. Levanta el prepucio y lo gira a fin de poder cortarlo. Dos hombres toman turno para cortar la piel con cuchillos que tienen poderes mágicos. El muchacho muerde un boomerang mientras la operación se lleva a cabo.
Cuando la circuncisión es completada, el chico se arrodilla en un recipiente especial que se coloca sobre el fuego para que el humo pueda elevarse y purificar su herida. Mientras aun sigue sentado y adolorido, los líderes le piden que abra su boca y trague una “buena carne” sin masticarla. La “buena carne” es de hecho su propio prepucio que acaba de serle removido. Despues de que él ha tragado una pieza de su propia salchichita, se le dice al chico que acaba de comerse a “su propia niñez” y que ahora crecerá dentro de él y lo fortalecerá.
Meses después, llega la segunda parte de la iniciación, llamada subincisión. Los líderes vuelven a llevar al muchacho al fuego. Otra vez hay cantantes y danzantes. De nuevo uno de los líderes se sienta en el pecho del joven y le vuelve a agarrar su pene. Ahora una pequeña vara de madera se inserta en la uretra para proporcionar soporte al cuchillo con el que se corta desde el frenillo (bajo la cabeza del pene) hasta casi el escroto.
Despues de la subincisión, el joven permanece de pie en el fuego y permite que su sangre salpique la hoguera. Desde ese momento, el joven deberá agacharse para orinar, justo como una mujer. De hecho, algunos antropólogos creen que la ceremonia de subincision es una especie de simulación de la menstruación, para permitir que los hombres simpaticen y comprendan mejor a las mujeres de la tribu.
La ceremonia de los Mardudjara tiende a desaparecer con el tiempo, sobre todo a medida que el contacto con otras civilizaciones se ha incrementa. O tal vez solo sucede que cada nueva generación parece estar menos dispuesta a probar bocadillos de su propio pito.
LOS SAMBIA DE NUEVA GUINEA.
En el pequeño país de Nueva Guinea Papua, existen más de 1,000 diferentes grupos culturales. Entre ellos esta la tribu Sambia, un grupo que tiene el rito de transcisión a la hombría mas extraño del mundo.
La iniciación inicia a la edad de siete años con la separación del niño de la madre. El chico pasará el resto de sus próximos años en presencia exclusiva de hombres y vivirá en tiendas exclusivamente masculnas. La separación de género es tan extrema, que los hombres y las mujeres utilizan diferentes caminos para desplazarse en su aldea.
Despues de ser separados de las mujeres, los jóvenes son sometidos a algunos rituales brutales. El primero de ellos es el de sangrado por la nariz. El procedimiento es crudo, pero efectivo. El joven es amarrado a un árbol y su nariz es perforada con ramas de árbol afiladas hasta que la sangre fluye constante y abundantemente hasta que el muchacho se debilita y se desvanece. El propósito de esto es que el joven se prepare para su vida como guerrero.
Como acabamos de ver, el ritual de desangramiento es brutal, pero solo es la primera parte del ritual de iniciación masculina. Lo que vuelve diferente a los Sambia de otros grupos es la segunda parte del rito: la ingestión de semen.
Los Sambia creen que los hombres y las mujeres nacen con un TINGU. El tingu es la parte del cuerpo que permite la procreación. Un tingu de mujer esta listo para la reproducción cuando se presenta la primera menstruación. En cambio, los hombres nacen con su tingu seco y la única manera de llenarlo es con la “leche masculina”, que no es otra cosa sino el semen de otros hombres sexualmente maduros. Ellos creen que beber la escencia masculina de otros hombres hara que los muchachos sean fuertes y viriles. Es por eso que en la privacidad del bosque, un joven le practicará sexo oral a los jóvenes, normalmente solteros de entre 13 y 21 años. A los participantes se les aconseja “beber la escencia masculina” en la mayor cantidad posible a fin de que obtengan mas fuerza.
Alrededor de los 13 años, un joven inicia su pubertad y una nueva etapa inicia con ella también. Se repite el ritual del sangrado nasal y algunos golpes para purificar al joven que a partir de ese momento, se considera maduro y ya puede proveer de “leche masculina” a los jóvenes niños que van empezando su camino a la hombría.
Alrededor de los 20 años, un hombre de Sambia esta listo para casarse, pero antes de que se lleve a cabo la ceremonia, los líderes deberán enseñarle al joven los secretos para protegerse de las impurezas del contacto con las mujeres. Por ejemplo, durante el sexo, un hombre debe colocar hojas de menta en sus orificios nasales y en su boca a fin de evitar y enmascarar el olor de los genitales de su esposa. Aun mas, cuando un hombre tiene sexo con su esposa, se le recomienda no penetrarla profundamente ya que esa práctica incremente las posibilidades de contaminarse con la mujer.
Finalmente, después de las relaciones sexuales, un hombre de Sambia debe darse un baño de lodo a fin de eliminar las impurezas que pudo haber contraído por el contacto con su esposa. Aun después de casarse, los hombres no pasan mucho tiempo con sus esposas y prefieren pasar el mayor tiempo posible con otros hombres.
La etapa final ocurre cuando un hombre de Sambia se convierte en padre. Despues de que su esposa da a luz, por fin se considera que el joven por fin es un hombre de verdad.
La lista completa de ritos, incluyendo a otros que no son tan gay, se puede ver en: http://artofmanliness.com/2010/02/21/male-rites-of-passage-from-around-the-world/
gerry dice
chale, ya ven, no se quejen tanto por vivir en mexico al menos tienen completo el pilin y no tienen que tragar leche paterna, (bueno algunos si la tragan pero por puro gusto)
juan_loko13 dice
Pos no se si de mateo o sammy sosa, no se muchos nombres de la biblia, asi que falta un post de los tuyos, no robados en otro blog acerca de la biblia.
Nexushorla dice
Aunque el Pitufo se sometiera a todos esos rituales con ninguno se haría hombre. Además, ni le interesa serlo.
CATASTROPHE dice
CHNATE :MISOGINO Y PUTOFOBICO?
ximena dice
Es interesante tu artículo, y aún más la forma en que abordaste el matrimonio gay, que en lo personal me tiene sin cuidado creo que vivimos en una sociedad retrógrada en la que ese tipo de temas hacen mucha controversia, sin embargo, dudo mucho que la raíz de la homosexualidad descanse en la falta de ritos de paso, y si así fuese la felación…en el caso de los Sambia, me parece un acto homosexual, en mi opinión los ritos son solamente necesarios en sociedades más primitivas, y no son un antídoto a la homosexualidad o bisexualidad(esta última según algunos antropólogos, inherente al ser humano,no una enfermedad ni mucho menos), más bien deberíamos ponerle más atención a la enorme cantidad de tabús sexuales que persisten y dañan nuestra percepción de la sexualidad, tenemos conductas aprendidas y poco reflexivas al respecto.