«El Flaco» Guzmán incursionó también en los subgéneros fílmicos de acción fronteriza y de judiciales corruptos»
Por EDUARDO ALVARADO / Grupo Reforma
Ciudad de México (9 agosto 2002).- Fue de los príncipes de la picaresca cinematográfica mexicana. El nombre de Roberto «El Flaco» Guzmán estará por siempre asociado al subgénero porno soft y a la comicidad gruesa que reinó en el cine nacional en los años 70 y 80.
Compartió créditos con personajes de la talla de Rafael Inclán, Alberto «El Caballo» Rojas, Eduardo de la Peña «Lalo el Mimo», Guillermo Rivas, Polo Ortín, Sergio Ramos «El Comanche», Alfonso Zayas, Pancho Muller, Pedro Weber «Chatanuga» o Luis de Alba, por el lado masculino, y con vedettes de la magnitud de Rebeca Silva, Sasha Montenegro, Lina Santos, Princesa Yamal, María Cardinal, Isela Vega, Grace Renat o la asombrosa Carmen Salinas «La Corcholata».
Siempre instalado en el centro del espectáculo populachero, «El Flaco» Guzmán incursionó también en los subgéneros fílmicos de acción fronteriza y de judiciales corruptos, participando en películas que buscaban compartir un mercado dominado por las producciones de los hermanos Almada.
Asimismo, Guzmán actuó en algunas telenovelas, la mayoría de poco rating, de entre las que sobresale Ramona, teleserie dirigida por el cineasta Alberto Cortés, con Kate del Castillo y Eduardo Palomo en los principales, transmitida por Televisa en el año 2000.
Pero el mundo de Roberto «El Flaco» Guzmán fue el del populacho alburero interpretando personajes citadinos, como mecánicos, plomeros o taxistas siempre involucrados en enredos de faldas con cabareteras de corporeidades masivas, en producciones tanto fílmicas como de los llamados videohomes, realizadas por personalidades como Alfredo B. Crevenna, Manuel M. Delgado, Víctor Manuel «El Gí¼ero» Castro o Rodolfo de Anda.
Sin embargo, esta parte de su carrera contrasta con algunas películas de mayor envergadura que en sus inicios consiguió interpretar como actor de reparto. Destacan en esta lista filmes como El Profeta Mimí, bajo la dirección del notable José Estrada, obra probablemente fallida, pero con interesantes pretensiones donde el cineasta intentaba una exploración del mundo de las sectas religiosas y el mesianismo y, curiosamente en una línea temática similar, La Venida del Rey Olmos, dirigida por Julián Pastor.
También en papeles secundarios, «El Flaco» apareció en Llámenme Mike, curiosa cinta de pistoleros dirigida por Alfredo Gurrola; en la fallidísima variante azteca del Tiburón, de Spielberg, denominada Tintorera, junto al Cousteau mexicano, el investigador submarino Ramón Bravo, además de llevar el coestelar en la segunda parte de la serie dedicada a El Mil Usos, al lado de Héctor Suárez.
Ahora Roberto «El Flaco» Guzmán ha muerto, y con él se va parte de una de las épocas más controversiales de la historia del cine mexicano.