No importa lo mucho que insistamos los hombres, al final llegaremos a la conclusión de que existen territorios femeninos en donde simplemente no debemos involucrarnos. Digo esto porque hace tres días por azares del destino intente llevarle a mi mujer un simple encargo de supermercado:
– Chanate, aprovechando que ahora que vas a la farmacia, te encargo un paquete de toallas sanitarias.
– Bueno, no hay problema. ¿De cuales?
– Un paquete de estos. Me dijo mientras me mostraba un empaque semivacío.
Siguiendo la ley no escrita que rige las conductas de los maridos mexicanos, donde dice que los hombres no debemos poner demasiada atención a las palabras de las mujeres (Con excepción claro de las mujeres ajenas), me marche con rumbo a cumplir mi misión, cumpliendo fielmente la regla antes citada. Es que… no mames pense ¿Que tan difícil puede ser comprar toallas sanitarias femeninas?
No tenía idea. Al llegar al pasillo correspondiente me encontre con tantos modelos y variedades que termine por olvidar el nombre y forma del empaque que había visto en mi casa. Con alas, sin alas, con media ala, nocturna, diurna, con manzanilla, con aromatizante, sin olor, con desodorante, teen, oldie, combinado con pañal para la incontinencia, a prueba de agua, ultradelgada, anatómica, interna, externa y no se cuantas cosas mas. Nada mas falto que hubiera de diferentes sabores o colores y con dispositivo depilador del área del bikini incluido.
Sobra decir que una simple llamada desde celular resolvió mis dudas y ya aprendí de memoria que modelo debo comprar en el futuro. Aun así, sigo viendo con respeto el intrincado mundo de la higiene femenina como un terreno aun mas inexplorado que el del misterio de ese otro mundo que para muchos hombres nos es desconocido: La lavadora de ropa. : )
El sonido de los Yeah Yeah Yeahs en su primer disco era caótico y lleno de energía, casi como tomarte una caguama de fondito bajo la lluvia. Esa fue la fama que se crearon, la de un grupo desmadroso donde lo que importaba era ver en vivo a la vocalista Karen O, hacer locura y media como Gloria Trevi en el escenario mientras el baterista perforaba la batería y el guitarrista deshacía su instrumento con extasis/furia. Los que esperaban la segunda parte de Fever to Tell, se llevaron una desagradable sorpresa, pues Show your Bones no es un disco de desmadre. Los que querían oir algo diferente de parte de los Yeahs, se llevaron una agradable sorpresa, pues este disco es como una evolución de pokemon; es el sonido de la madurez. Si Fever… es el adolescente con acné y hormonas, Show your bones es el recién graduado que sabe que tiene que tomar un respiro antes de empezar con lo de su futuro.