LOS OJOS DEL CIELO…

Fué un dí­a como cualquier otro, a esas horas de la tarde ya habia mucho tráfico, de pronto el Sr. Lobeiu tropezó con ella…
fué un instante en el tiempo, un par de segundos, ella iba caminando con varios amigos que se reí­an, no alcanzó a escucharlos, pero miró su reloj y se fijó en el nombre del lugar estaba ubicado sobre la avenida más transitada en esos dias, casi todo mundo alguna vez habia pisado esa avenida, algunos buscando un lugar donde pasar el rato en compañia o bien solos, habia pequeños accesos y bares para todo tipo de gente, desde librerí­as hasta jugueterias, desde dulcerí­as hasta museos. Por esa avenida circulaban ricos y pobres, gente con maestrí­as y gente que apenas sabia lo elemental sobre educación, hombres, mujeres y homosexuales caminaban por igual, algunos orgullosos y ostentosos algunos humildes y serenos, virtudes y defectos podí­an encontrarse también ahi. Al final todo se podia esperar que sucediera ahí­ en esa gran avenida, que dia a dia crecí­a más….
Al siguiente dia, el señor Lobeiu se apareció ahi en ese lugar, estuvo esperando un rato hasta que de nuevo la vió, ahi vení­a ella caminando pausadamente sobre la avenida, como si cada paso que diera no tocara por momentos el suelo mirando por momentos hacia los lados, de pronto un amigo apareció y la saludo, ella sonrió y al Sr. Lobeiu le dió un vuelco el corazón, querí­a acercarse a ella pero no sabí­a como hacerlo….Luego aparecieron otras personas, amigos quizá, se escuchaban las risas de un par de chicas bastante guapas, pero el señor Lobeiu solo tenia ojos para ella…

El Sr. Lobeiu estuvo algunos dias en el mismo lugar, salí­a corriendo del trabajo tomaba el tren, un tren que tení­a un caracterí­stico silbido, que después supo, a ella le causaba gracia esucharlo.
A veces no la encontraba y él se iba a su casa descorazonado, al otro dí­a repetí­a el mismo trayecto y la veí­a… y esa desazón que habia en su corazón desaparecí­a con solo escuchar el sonido de su voz…. esa voz que lo habia cautivado
desde la primera vez que la escuchó.
Un dí­a la encontró en un café, ahi estaba ella con un grupo de amigos los que casi siempre se acompañaban, habia unos tipos con cara de seriedad y otros que reí­an a carcajadas, algunos de ellos incluso leí­an libros entre varios.
Otros mostraban sus nuevos ipods y se compartian música, otros intercambiaban fotos, el Sr. Lobeiu vió a algunas gentes nuevas que se sentaban cerca del grupo y al poco tiempo se unian a la charla.
El tomó una silla y se acercó lo más que pudo a escuchar la conversación, pidió un café helado, cuando le trajeron el café, ella pasó por un lado de él y ella lo vió, fué un instante casi mágico, sus ojos se cruzaron y ambos sonrieron, ella tropezó con la silla y golpeó la pierna de él, la prótesis de él se movió y casi pierde el equilibrio, el café se desparramó sobre la mesa salpicando los zapatos de varios ahi sentados.
Varios libros se mojaron con la adictiva bebida, incluso la gruesa pasta de una biblia se salpicó, azucaradas gotas de café rodaron por la pasta color vino de piel de ternera.
Uno de los presentes, le pidió al turbado Sr. Lobeiu que se sentara con ellos, ella quedaba justo enfrente de él,
a un lado de un tipo joven que sonreí­a y le contaba chistes en portugués haciéndola reir en voz baja.
En eso Llegó una de las chicas más guapas del grupo sus ojos grandes y enigmaticos a más de un conocido y desconocido hacian suspirar. Al ver el desastre en la mesa, le pidió a un mesero que trajera un trapo para limpiar.
Uno de los jovenes comenzó a contar sobre los experimentos que estaba haciendo en su laboratorio tratando de clonar el ADN de las mitocondrias, otra de las chicas alta y de cabello oscuro y brillante, le encomiaba que no era bueno querer imitar a Dios por aquello de la clonación.
Una voz se escuchó entre ellos, era un tipo alto y de voz gruesa, todos lo escuchaban, aunque no todos estaban de acuerdo con lo que decí­a…enmedio de la discusión llegaron dos personas más al grupo, un hombre ya maduro con aire de seriedad y otro hombre que llegó con gestos de mimo haciendo reir a la concurrencia.
Un tipo de botas también llegó y saludaba a todos con un fuerte abrazo, sonaron varios celulares con mensajes de voz, eran saludos de otros personajes que no habian podido asistir ese dia a ese lugar, pero que de una u otra manera
dejaban saber su presencia.
Pero el Sr. Lobeiu trataba con disimulo de acomodar los tornillos de su prótesis, no querí­a que ella se diera cuenta de su incapacidad o mas bien de su impedimento para andar con la libertad que el hubiera deseado… desde el primer momento que la vió, su prótesis le impedí­a caminar al mismo ritmo que ella…

Entonces despues de un largo rato de charla los ahi reunidos se fueron yendo, se despedian para volverse a ver pronto, algunos regresarian al trabajo, otros ya se marchaban a sus casas, dos tipos alegres y de similar nombre salieron juntos irian a un nuevo lugar donde bailaban mujeres de escasas ropas, invitaron a algunos otros, varios de ellos aceptaron incluso uno de los tipos que habia permanecido serio casi todo el tiempo, pero que resaltaba en el grupo ya que llevaba unos formales y elegantes tirantes. La tarde seguí­a su curso, las voces se fueron haciendo menos, hasta que solo quedaron el Sr. Lobeiu y ella… él se acercó hasta quedar a unos centimetros de ella, quiso verse en su mirada pero ella agachó la cabeza y moví­a los ojos con cierta intranquilidad, él pensó que la incomodaba y quiso retirarse, ella le dijo no te vayas! sostuvo su mano y él sintió que sus fuerzas se le iban en ese toque de de suaves dedos… ella sonrí­o y le dijo….. _me podrí­as ayudar a acomodarme este pinche lente de contacto que ya me tiene hasta la madre!!!! El le sostuvo un espejo frente a sus ojos, ella se acomodo como pudo el lente, se lo agradeció con esa voz suave y pausada que lo habia cautivado desde esa tarde en la avenida…. Quien eres? ella le preguntó y el solo dijo… soy una mirada en el cielo… y puedo leer tu mente. Ella lo miró y caminó hasta la puerta del café… antes de irse se volvió de nuevo a él y le dejó un papel en la mesa… marchándose en silencio.
Cuando él lo leyó… decí­a. ¨Por si no te vuelvo a ver… siempre habrá una estrella que me hable de ti…¨

GRACIAS A TODOS LOS QUE A TRAVES DE UN Aí?O DESDE AQUE DIA QUE ME ESTRENE CON AQUEL… Y CUANTAS VECES SE AMA EN LA VIDA…. LOS QUE ME HAN MANDANDO SALUDAR, LOS QUE SE HICIERON MAS QUE UN PERSONAJE DEL BLOG, LOS QUE HAN COMPARTIDO UN CHISTE, UNA FOTO, UN VIDEO, LOS QUE ME LA HAN MENTADO, A LOS QUE SE LAS HE MENTADO, LOS QUE SE HAN SIDO PAPAS, LOS QUE HAN CAMBIADO DE CHAMBA, LOS QUE SE HAN IDO DE VIAJE, LOS QUE SE PELEAN PERO LUEGO SE RECONCILIAN, LOS QUE VAN Y VIENEN, LOS QUE SE VAN Y NO REGRESAN, LOS QUE SE QUEDAN… GRACIAS DE VERDAD POR UN Aí?O COMO CUALQUIER OTRO EN MI VIDA, PERO AL MISMO TIEMPO TAN DIFERENTE DE LOS DEMAS… UN ABRAZO FRATERNO!!! BUNKS