Caminando por la calle, vi en un parque a algunos niños jugando. Mientras los observaba (no de una manera pervertida) con sus game boy advance y sus juguetes de alta tecnología, me pregunté que habría sido de la costumbre que los niños de mi generación teníamos: cambiarle la letra a las canciones de moda.
No se si sea una tradición de todas partes del país, pero los niños de mi ciudad, nacidos entre finales de los setentas y principios de los ochentas lo hacíamos todo el tiempo. Desconozco si se trataba de creaciones originales de mi región o eran simplemente cantos que llegaban de boca en boca desde otros lugares. El proceso era sencillo; se tomaba una canción de moda y se le cambiaba la letra original por otra chusca y/o escatológica, y ¡a cantar se ha dicho, amiguitos!
El ejemplo que recuerdo con más precisión es el del éxito ochentero de Yuri, â??¿Qué te pasa?â?. La onda iba así: ¿qué te pasa?/te estás haciendo caca/fuiste al baño, no hay papel/te limpias con el dedo/te lo chupas sin querer/te sabe a caramelo. Una delicia (musical).
Un caso menos extremo es el de Diego Verdaguer. Su canción era la de â??Mi corazón es delicadoâ? o algo así y las niñas de mi escuela la cantaban como sigue: mi corazón es de licuado/leche con pan y pan tostado. Es todo lo que recuerdo, pero era divertido.
Una vertiente diferente era la de ponerle letra a canciones instrumentales, como la clásica del Can-Can. Aquí los niños iban más allá, introduciendo un personaje famoso en el juego, nuestro querido Batman, pero el de la serie viejita, supongo. Imagínense el siguiente texto a ritmo del Can-can: Batman sale disparado por el bati-baño a comprar papel/pa-pa-pa-pa-pel/Robin, su mejor amigo le picó el fundillo con un alfiler. El niño al que se le ocurrió esa letra debe ser un verdadero genio.
Los bloggeros y bloggeras de todas partes del país pueden sacarme de la duda, ¿en sus ciudades existía tal costumbre? Si la tenían, pues compartan sus letras cambiadas.
Talvez yo estoy tan desconectado de la realidad infantil actual, que no se que los niños del nuevo milenio siguen cambiándole la letra a las canciones. Si lo hacen, que bueno, y si no, pues deberían de hacerlo. Solo que ahora sería un poco más difícil, porque le tendrían que cambiar la letra a canciones de Eminen y de TATU. Está cabrón cambiar letras de racismo, homofobia y lesbianismo adolescente.
ROBERT dice
La de candy
Carlitos Villablanca dice
Se abre una ventana del baño, sale un olor extraño, un fracaso.
Todo fue de una ciruela, que me dio cagaera, me hace daño.
Necesito más papel confort, ooh
Necesito más papel confort.
Y ya no aguanto más… Me cagué