Ayer se festejo en todo México el Día del Albañil, igualmente conocido como «Dia de la Santa Cruz» así pues entre vigas, sacos de cemento, palas y montecillos de grava-arena la mayoría de los «mai’stros de la cuchara» trabajaron hasta mediodia y después los carbones comenzaron a soltar chispas, el chillido de la carne sobre las parrillas y ese olor a cebollines y chiles comenzó a llenar el ambiente de muchas construcciones a lo largo y ancho de nuestro bello país.
El Día del Albañil es una fiesta popular mexicana que se celebra año tras año, el 3 de mayo.
Ese día todos los trabajadores de la construcción se unen por igual en esta sabrosa tradición, desde el más modesto de los «chalanes» hasta el arquitecto, ingeniero principal y los patrones de la obra -quienes en su mayoría son los que ese día corren con el gasto del festejo- (ya de mínimo no!)
Este es el único dia entre semana que los albañiles festejan y descansan ahi en plena obra, en donde dejan su mayor esfuerzo, en el lugar donde trabajan desde que el sol apenas enseña su primer resplandor y hasta que se pierde tarde a tarde en el horizonte.
Algunas celebraciones son sencillas; carne asada, refrescos y las infaltables «cervatanas» En otros lugares los mariachis llegan justo antes del mediodia entonando el «niño perdido» incluso las familias de los albañiles son invitadas a compartir y a disfrutar junto con estos de la comida, la música y hasta show de cohetones.
Las mesas se llenan de risas al olor de los frijolitos refritos, de la salsa «banderita» del chicharrón en salsa verde, de los taquitos de carnitas, platos llenos de guisado con su guarnición de los bien nombrados «frijoles a la albañil» (frijoles con chorizo, chile y chicharrón), arroz rojo, arroz blanco y con elotitos, las cervezas se reparten con singular alegría al igual que se pasan las tortillas calientitas, sin dejar de mencionar los vasos rebosantes de pulque y en donde hasta el tepache se hace presente.
Pero el motivo principal de esta celebración no es solamente el reunirse para convivir y disfrurar de una comilona, sino el darle gracias a Dios por el trabajo, porque con este humilde
-más no menos honorable- trabajo ellos pueden llevar el sustento a sus hogares y procurar la manutención de sus familias, asi es cómo la mayoria de los albañiles demuestran su fe y su gratitud, por eso el construir con sus propias manos una cruz, Así se recuerda esta fiesta muy antigua y con esa connotación religiosa que lleva unida, donde la cruz simboliza el gran sacrificio de Jesús y su triunfo sobre la muerte, aún y cuando la iglesia catolica en 1958 decidió que el rito de festejar ese dia fuera eliminado del calendario liturgico, Suceso que no le importó a los mexicanos y continuaron con la celebración, que de nuevo allá por 1964 se restableció en las liturgias del catolicismo mexicano.
La Santa Cruz enmarca en lo alto de las construcciones esa fe que no se ha perdido al paso del tiempo, y sigue siendo testigo del festejo y de las oraciones que muchos de ellos emiten antes de comenzar a celebrar. Los más fervorosos incluso llegan con flores ese dia, para colocarlas al pie de la cruz, otros la decoran con papelitos de papel de china de colores, pero todos con la emoción interna de saber que la cruz los protege y les infunde la fuerza para al siguiente día levantarse muy de mañana, cuando el sol no ha salido aún e iniciar el trayecto que los llevara ahi donde la palas y los andamios los esperan.
Sin duda -y fuera de todo contexto religioso- el Día del Albañil ofrece una gran oportunidad para reconocer la gran y ardua labor de los trabajadores de la construcción, quienes con sus manos y su esfuerzo construyen hogares, edificios, centros comerciales, etc. etc. que hacen que este nuestro México bello crezca dia con dia.
A todos los albañiles muchísimas gracias por su entrega, por su labor y su trabajo. FELICIDADES EN SU DIA!!!!
A mi humilde padre porque gracias a su trabajo cómo «mai’stro de obra», un chingo de esfuerzo -y dolores de cabeza- pudo sacar a una numerosa familia adelante.