Esta es la columna que escribio Alvaro Cueva, pero que por ¿Miedo, cobardia, o incongruencia? retiro del sitio de Milenio. ¿Sera que al Señorito Cueva, le pidieron que no se meta en politica y que se ponga a trabajar en lo de el, que son las telenovelas?
Alvaro Cueva – 2011-12-04 • Acentos
No existe red social que no nos hable de masacres, granadas, sicarios. Y sin silbidos, directo, duro y a la cabeza. Y mientras esta historia se resuelve o no se resuelve, la guerra sigue, las víctimas se multiplican, cada vez hay más gente con más miedo.
Es muy interesante lo que está pasando en este país: todavía no estamos en campañas, pero ya estamos en campañas, y mientras México se debate entre que si el PRI, el PAN y el PRD, por allá anda un presidente, solo, justificándose hasta el cansancio.
A mí me preocupa porque sí, es sumamente divertido jugar a “Hagan sus apuestas, señores” y sí, es bastante entretenido también esto de “Me lo dijo la encuesta”, pero ni una ni otra tendencia nos sirve a usted o a mí para resolver nuestros problemas más básicos, para impulsarnos, para crecer, para recuperar la paz y la armonía.
Es como vivir en un partido de futbol, en una telenovela, en un espectáculo, pero a la hora de que llegan los recibos, de que alguien te apunta con una pistola o de que andas buscando trabajo y no lo encuentras, se acaba la diversión.
No necesitamos que llegue 2012 para adivinar lo que va a suceder. Todo se está acomodando desde ahora.
El Partido Revolucionario Institucional se acaba de recontraconsolidar para darle su apoyo total a uno de los personajes mejor construidos de todos los tiempos: Enrique Peña Nieto.
El ex gobernador del Estado de México no sólo tiene dominada la parte emocional a nivel opinión pública, ya tiene un respaldo editorial finísimo y la garantía de un PRI unido, fuerte, con una maquinaria a prueba de balas.
No existe un político mejor armado para dar la batalla por Los Pinos que el señor Peña Nieto.
Andrés Manuel López Obrador ahora es Gandhi, esta luchando por construir, en días, lo que no se preocupó por armar en años: un componente sentimental.
Pero llegó tarde a la repartición de corazones. Lo tendrían que amenazar de muerte, le tendrían que matar a alguien o se tendría que enamorar de alguna figura verdaderamente potente a nivel espectáculos o deporte para involucrar a las masas por ese sentido.
A lo mejor lo logra, el problema es que aunque se arme como figura del corazón, no viene con un aparato de las dimensiones del PRI, con un partido fuerte y unido, con una maquinaria de primer mundo.
Del Partido Acción Nacional, mejor ni hablar. Sus precandidatos son como los huerfanitos de las próximas elecciones presidenciales.
Como que nadie los quiere, como que nadie los apoya y entre ellos mismos se boicotean. Cero percepción de éxito, cero percepción de poder, cero percepción de unidad. Cero de todo.
Uno les hace caso por la más elemental democracia, pero si no fuera por eso, haga de cuenta que no existen.
Son personajes de color, gente a la que le preguntan el precio del litro de aceite para tantearlos, hombres y mujeres que se ven chistosos cuando la prensa les amarra navajas.
Lo de la renuncia de Moreira a la dirigencia nacional del PRI fue increíble, el cañonazo que faltaba, la mejor manera de cerrar el año.
¿Por qué? Porque fue una demostración de fuerza, de poder, de contundencia por parte del equipo de Enrique Peña Nieto. Fue como decirle al mundo: ¿querían rigor? Aquí lo tienen.
¿Y de qué está necesitado este país? Pues precisamente de eso, de rigor, de una entidad que no se tenga que justificar en cada discurso, de un Ejecutivo que haga eso, que ejecute, que cumpla.
Lo confieso, a mí me sorprendió, pero me sorprendió más la reacción de algunas instancias que, en lugar de entender el mensaje, se fueron sobre Moreira.
No, señores, no pierdan el tiempo haciendo leña del árbol caído. Fíjense en el hiperbosque que se está levantando frente a ustedes. Ahí tienen que concentrar su energía. Ahí tienen que establecer la lucha.
¿Y Calderón? En un debate rarísimo por lo de la Corte Penal Internacional. Se supone que las encuestas dicen que México lo ama. Luego aparecen estas denuncias a escala internacional.
No existe medio de comunicación que no nos atasque con spots “silbaditos” de lo bien que va todo en México.
No existe red social que no nos hable de masacres, granadas, sicarios ni de todo lo contrario. Y sin silbidos, directo, duro y a la cabeza.
Mientras esta historia se resuelve o no se resuelve, la guerra sigue, las víctimas se multiplican, cada vez hay más gente con más miedo.
Por eso le digo, qué divertido jugar a “Hagan sus apuestas, señores” y qué entretenido esto de “Me lo dijo la encuesta”, ¿pero y las soluciones? ¿Pero y las oportunidades? ¿Pero y la paz? ¿Se acuerda usted de la paz?
¡Atrévase a opinar!
mg dice
en la edicion impresa aun esta:
http://impreso.milenio.com/node/9073397