Facebook

Debo confesar que una de las razones de mis ausencias recientes del Blog de blogs fue que decidí cumplir una promesa de dedicarle tiempo a uno de los sitios de moda entre mis parientes cercanos y amigos que me conocen y ubican por mi nombre real: Crear una cuenta y participar en «el Facebook».

Así que vengo de nuevo al Blog de blogs para rendir el informe detallado sobre mi última investigación en ese extraño territorio:

De entrada, me sorprendió comprobar que Facebook es un sitio que aparenta estar especialmente diseñado para satisfacer todas las necesidades narcisistas de un ser humano promedio y que resulta un sustituto excelente al reducido espacio del mensaje personal del Live Messenger que se utiliza para comunicarle inmediatamente a tus contactos los asuntos tan importantes como aquella vez que te pareció ver la imágen de la virgencita con todo y niñito dios dentro de la taza del baño gracias al efecto de los frijoles charros con elote y sardina que cenaste la noche anterior.

Además, el Facebook permite que los patrones se enteren a detalle sobre el nivel de alcoholismo de sus empleados y sobre todo, su opinión sobre la carga de trabajo que les imponen (créanme, los resultados siempre son lamentables para los empleados).

También es un gran lugar para ver como envejecieron tus ex-parejas de juventud y convencerte que tomaste una decisión acertada al no continuar al lado de esa gorda sin dignidad que terminó casándose con tu amigo. Aunque también hay que reconocer que el Facebook resulta una herramienta útil en los casos donde es necesario y oportuno anticiparse a los hechos y ver fotografias del escote de esa chica a quien pretendes cogerle cariño en un futuro próximo.

Se que algunos de ustedes estarán orgullosos de mi al saber que me tomó menos de dos días para que me expulsaran permanentemente de un grupo cristianoide que se dedicaba a compartir textos bíblicos exclusivos que contienen promesas bellas para la vida. Y tuvieron que pasar apenas un par de semanas para que por lo menos tres personas conocidas de prácticamente toda la vida, decidieran cortar toda comunicación conmigo despues de un intercambio de comentarios que incluyeron entre otras cosas, menciones a la posible tecnología con la que cuenta el traje de astronauta que Jesus utiliza para sobrevivir en el espacio exterior desde donde escucha telepáticamente a los terrícolas que le reclaman su ayuda por haberse levantado temprano.

Cuando los feisbukeros no se encuentran censurando a los ateos, pasan el tiempo enviando mensajes de aviso a sus amigos para que no vayan a dejar de asistir a la fiesta de cumpleaños de su mascota la cachora «sebosita» y a la gran cena de gala por la graduación de sus nuevos lentes.

Ademas de las invitaciones, es comun encontrar a ese grupo de personas emulando a los gobiernos tiranos en sus prácticas de tortura al obligar a sus amigos a ver las fotos y videos de sus hijos que se segun ellos son tiernas y encantadoras, pero que en realidad son un poco perturbadoras.

Y finalmente, es una práctica común que los feisbukeros pasen las horas del día contestando tests apegados al método científico para averigûar si serían el huevo izquierdo o el derecho de Ana Gabriela Guevara, basándose en los tipos y la frecuencia de los sueños que tienen durante la clase de computación o en su caso, durante las juntas ordinarias de los lunes en la oficina.

Mencion aparte se merecen los «juegos» (así entre comillas) del Facebook, que son casi tan emocionantes como el Buscaminas de Windows, pero sustituyendo las minas explosivas con puros números. Imagino que los que estudiaron contabilidad y los fanáticos de las estadísticas de Beisbol deben estar encantados con esos «juegos». Por favor, que alguien me avise cuando exista una versión de Battlefield para Facebook. Me muero de ganas de que llegue el día cuando los cerditos de la granja se actualicen al nivel de caballeros ninja nazis y se puedan bombardear desde una avioneta fumigadora modificada capaz de destruir cada maldita granja y sus vecinos a base de napalm.

De cualquier forma y dejando un poco de lado las críticas. Debo reconocer que Facebook es una herramienta interesante para mantenerse en contacto con quien uno desee hacerlo. Por eso y para para contribuir en algo que sea más que solo quejas, me tome la libertad de compartirles varias reglas de etiqueta que sugiero seguir para no terminar apestando más al pobre Facebook:

1) No escribas nada en tu muro que pueda afectar a otros.
Escribir cosas como «Hace mucho que no te veo» o «Feliz Cumpleaños» es absolutamente correcto. El problema y lo que no es correcto es cuando se escriben cosas como «Hey, ayer te vi besando a alguien que no es tu pareja». Recuerda siempre que los muros tienen orejas. Literalmente.

2) No te conviertas en una piruja de Facebook.
Tener miles de amigos en tu lista cuando solo tienes 10 en la vida real te hace ver como un perdedor desesperado. Esto empeora y se vuelve mas sospechoso si todos tus amigos son chicas guapas.

3) No compartas cada mínimo detalle.
Contrario a lo que puedas creer, no todos se interesan en saber si te estas dando un baño y unos segundos despues estas cortándote las uñas. No es necesario compartir cada patético detalle de tu ordinaria vida con los que tu crees que son tus amigos.

4) No esperes varios días para aceptar a un amigo solo porque no quieres que piense que estas en Facebook todo el día.
Es sencillo comprobar cuando estas en línea. Así que no intentes disimular y simplemente acepta a quien te interese para evitarte penas.

5) No agregues a tu jefe.
Aunque la yo mencione anteriormente, este punto es muy importante. Nadie quiere que tu jefe se entere de que estas jugando a la granjita durante las horas de oficina. Mucho menos que por casualidad llegue a leer las quejas sobre tu horario y carga de trabajo.

6) No participes ni mucho menos inicies grupos de Facebook que solo dan pena ajena.
Grupos como «Podemos prevenir el calentamiento global si reunimos 1,000,000,000 miembros» son ridículos. Por favor entiende que Facebook no es el salvador del mundo. Esa exclusividad ya la acapararon los cristianoides.

7) No cambies tu status de estado civil a diario.
Muchos cambian de «soltero» a «casado» y luego a «es complicado» en un solo día. Pocas cosas en la vida son más infantiles y ñoñas que eso.

8 ) No publiques empalagosos mensajes de amor en el muro de alguien más.
Hay que enteder que frases como «Te quiero mil puchungis» o «, 3 P2 DKDT» o frases infumables sacadas de la revista TV Guía como «Francisca Guadalupe, te juro por diosito que me mira que te amare cada día de mi vida hasta mi último aliento refrescante» hacen a los lectores vomitar.

9) No subas fotos nuevas a cada minuto.
Con contadas excepciones, a la mayoría de las personas no les interesa tanto como crees el ver como crece tu bigote a cada rato. Ni siquiera si eres mujer.

Sin más por el momento, quedo a sus órdenes para cualquier comentario o aclaración al respecto.

Atte.
El Chanate.