Celebran maestros y abuchean a Elba

Ciudad de México (15 de mayo de 2008).- Una sola vez se oyó su nombre. Provocó una ola de abucheos y no se volvió a mencionar.

El secretario general de la sección 10 del SNTE, Agustí­n Avilés, comenzó diciendo: «a nombre de la maestra Elba Esther…» y los abucheos no pararon hasta que concluyó la frase, «Gordillo Morales, presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, reciban un fraternal saludo».

Después la maestra desapareció del escenario.

Tampoco se mencionó la Alianza por la Calidad de la Educación, a pesar de ser un acuerdo entre el gremio magisterial y el Gobierno federal, que presentará hoy el Presidente Felipe Calderón.

Incluso, la SEP, que ayer entregó las medallas «Rafael Ramí­rez», por 30 años de servicio, y «Manuel Altamirano», por 40 o más, no convocó a los medios de comunicación, como tradicionalmente lo hace.

El subsecretario de Educación Básica, Fernando González, que entró corriendo resguardado por un grupo de cinco personas, y salió justo cuando comenzaba la música y los maestros aprovecharon para bailar al ritmo de cumbia, salsa y rock and roll, habló sobre el mapa genético magisterial.

El genoma, dijo, del amor.

«Debe haber algo en el fondo, una especie de luz, de código genético especial.

«Quizá exista en la cadena genética de los maestros una especie de genoma de amor y entrega que se detona la primera vez que se para (el maestro) frente a un grupo.

«Es algo especial, algo distinto que no se encuentra en el mapa genético de ninguna otra profesión, porque algo debe haber para que 900 personas estemos desayunando el dí­a de hoy, reconociendo el trabajo que han hecho durante 40 junios, tristes (porque termina el ciclo escolar) y 40 septiembres alegres (porque comienza otro ciclo escolar)», dijo.

La SEP realizó ayer seis desayunos simultáneos en distintos hoteles de la Ciudad de México para homenajear a los maestros, y el subsecretario fue el anfitrión en el Fiesta Americana para entregarles a 450 sus reconocimientos y un cheque de entre 30 mil y 50 mil pesos por 30 años de servicio, y 40 o más, respectivamente.

Réplica

Los abucheos se repitieron en desayuno del hotel Marquis.

Maestros de preescolar, primaria y secundaria de la sección 10 festejaban su dí­a con baile y entregas de reconocimientos.

Cuando la profesora Olga Aidé Flores Velázquez, representante del sindicato, mencionó en su discurso a Elba Esther Gordillo, empezó el abucheo y los silbidos.

«(Hay que) retirar (a Gordillo) de cualquier cargo, de cualquier injerencia en la educación, porque mientras existan personas como ella, la educación no va a avanzar», dijo Marí­a Castro, maestra jubilada de primaria.

En el desayuno se tení­a prevista la visita de José Luis Stein, coordinador ejecutivo de la SEP, sin embargo no llegó, en su lugar acudió Julio Arturo Meneses Cázares, coordinador general de oficinas de Servicios Generales de Apoyo a la Educación.

Meneses dio un breve discurso, entregó algunos reconocimientos, se tomó fotos con las maestras y se fue, sin tocar la comida.

«Son expresiones muy legí­timas de los profesores», dijo sobre los abucheos a la presidenta del SNTE.

No desentonan

Angelino Caamal Mena, representante del SNTE, llegó al hotel Meliá para extender la felicitación de Gordillo a los maestros.

Apenas mencionó el nombre, la desaprobación fue generalizada. Y quienes no abucheaban, o a la par, se tomaban fotos con su celular, platicaban de la comida o sobre el incentivo que estaban por recibir.

Después de la ceremonia oficial, en la que se concedió la medalla «Maestro Rafael Ramí­rez» a 12 profesores de primaria y secundaria, un grupo de edecanes entregó en cada mesa el kit correspondiente, que consistí­a en un diploma, una medalla y un cheque por 33 mil 280 pesos, por 30 años al servicio de la educación.

Entre los maestros, según señalaron, no habí­a conocimiento de la Alianza por la Calidad de la Educación que suscribirán su sindicato y la SEP.

«Muchas veces no nos llega la información, hasta el final nos enteramos de todo. Lo que nos disgusta es que no nos tomen en cuenta para lo que hacen las autoridades», dijo el maestro Rubén Garcí­a, de la primaria «Bombero Ramón Arriaga».