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Cuando Fiona Apple apareció en la escena musical, fue considerada algo así­ como la promesa de la música pop: una belleza poco común, prodigio del piano y gran compositora para su edad (menos de 20 en ese tiempo), todo esto empaquetado en canciones profundas pero aun accesibles para los oí­dos de la mayorí­a. Su primer disco, Tidal (De marea) de 1996, trajo un sonido y una actitud no combinables con ese tiempo (¿qué? ¿no guitarras grungescas?¿no distorsiones? ¿no coreografí­as? ¿solo un pianito?) y aun así­ logró la admiración de millones de fanáticos que encontraron en ella algo faltante en sus contemporáneos.
3 años después sacó otro disco, cuyo nombre completo es mejor no repetir, pues consta de alrededor de 100 palabras pero se conoce con la abreviación de When the pawnâ?¦ Esta vez fue más experimental, y aunque no vendió tantos discos como el primero, fue muy bien recibido por la crí­tica y prometí­a que lo mejor todaví­a faltaba por llegar.
Tras un descanso de 2 años, Fiona empezó a trabajar en su tercer disco al que bautizó como Extraordinary Machine (Máquina Extraordinaria), y todo parecí­a ir muy bien, excepto que a su compañí­a de discos, al escuchar el producto terminado no le pareció lo suficientemente comercial; muy bueno, pero carente de sencillos para la radio, decí­an. Le pidieron grabar otro disco, pero la chica, enojada con toda razón decidió darles el disco como ella lo querí­a, o nada. La disquera canceló el disco indefinidamente y nadie dio su brazo a torcer, por lo que la máquina extraordinaria nunca verí­a la luz del dí­a.
Los fans de Fiona se organizaron, hicieron páginas de apoyo y hasta mandaron miles de manzanas a las oficinas centrales de Epic, como señal de protesta. Y el disco, bien gracias. Sin oportunidad de ser escuchado por nadie.
Aunque la disquera no contaba con que estamos en la era del internet, y casi todo se puede conseguir. El disco está en los I-mesh y Kazaas del mundo desde hace meses y la verdad, vale la pena el alboroto. El estilo de Fiona, entre depresivo e irónico se conserva pero ahora las canciones tienen una estructura como de música de Cabaret de principios del siglo XX, y un poco de vals medio retorcido, con arreglos de cuerdas bien interesantes. Parece que Apple pasó por un truene bastante gacho porque la mayorí­a de las letras son acerca de venganza y rabia contra el otro, muy muy buenas. Not about love (esto no tiene que ver con el amor), Get Him back (tenerlo de regreso) y Oh Sailor (oh marinero) son las más claras muestras de lo que es el disco en general. Esperemos que algún dí­a el disco salga como debe ser pues es su mejor trabajo y algo diferente a lo acostumbrado en el pop tradicional. Todo esto suena como una historia sobre el sistema contra el alma humana y pues hasta parece demasiado perfecta: al cí­nico en mi no le extrañarí­a que se tratara de un plan mercadológico ideado para hacer de Fiona una mártir de la cultura pop y a la disquera como el tirano. Un tirano con las bolsas llenas de dinero, pues si se decidieran a sacarlo ya con el tiempo, obedeciendo a las â??presionesâ? de los fanáticos, la expectativa lo harí­a uno de los productos más buscados. O quien sabe, a lo mejor todaví­a vivimos en un mundo donde los idealistas le pueden tirar piedras a los Golliats transnacionales, o en este caso, manzanas.