Asesinan a niño en Cinepolis Ermita, el niño Hendrik Cuacuas de solo 10 años de edad fue asesinado de un balazo en la cabeza mientras se encontraba en el cine con su padre y hermana, y al parecer el Cine no contaba personal calificado para emergencias y ni con circuito cerrado, para vigilar quien entro a salio de la sala de cine durante el tiempo del ataque. Esta no es el tipo de nota que solemos públicar, pero pues es muy alarmante que este tipo de cosas esten pasando en lugares públicos y las autoridades traten de ocultar la información ya que ponen en riesgo la vida de otras personas.
Mexico DF – La del 2 de noviembre iba a ser una tarde alegre para Enrique Cuacuas y sus dos pequeños hijos, a quienes llevó a Cinépolis por el día de asueto. Sin embargo, dentro de la sala, en Iztapalapa, mientras veían la película, a Hendrik, su hijo de 10 años, le dieron un balazo en la cabeza. Dos días después el niño murió.
A pesar de lo sucedido, la cinta Ralph El Demoledor continuó. Sólo encendieron las luces de la sala para sacar al menor y el personal del complejo de Plaza Ermita siguió dando servicio sin buscar al agresor, cerrar la sala o dar aviso a la Procuraduría capitalina.
Lo único que hicieron dos trabajadores fue colocar al niño en la cajuela de un carro al que le bajaron los asientos traseros y llevarlo al hospital de la Comunidad Económica Europea. Ahí lo abandonaron sin siquiera dar sus nombres.
“Mi hijo estaba herido en Cinépolis y nunca llegó una ambulancia para llevarlo al hospital. Dos trabajadores del cine se lo llevaron sin avisarme a dónde iban. Los tuve que ir a buscar y cuando llegué al hospital ellos ya se habían ido sin más”, cuenta Enrique Cuacuas a La Razón.
Fue hasta la noche del 4 de noviembre —cuando Hendrik perdió la vida— que la Procuraduría capitalina fue notificada de lo sucedido.
El Hospital Dalinde, a donde lo trasladó después su papá, notificó el deceso, el cual quedó registrado en el expediente CUH-7/T3/3642/12-11, que se inició por el delito de homicidio por disparo de arma de fuego.
Fan de los Gigantes de Nueva York, segundo lugar en el concurso literario de su escuela, Hendrik es recordado por su familia como un niño sonriente, travieso y juguetón.
El viernes 2 de noviembre no tuvo clases. Junto con su papá y su hermana, de 13 años, fue a ver la película Ralph El Demoledor.
Cinépolis de Plaza Ermita, en Iztapalapa, es el cine que les queda más cerca de su casa.
Entraron a la sala dos y se sentaron en los asientos 15, 16 y 17 de la fila G. A su alrededor había unas 200 personas más.
La película llevaba 30 minutos de proyección cuando de pronto su papá escuchó que algo zumbó cerca de su oído. En ese instante vio cómo Hendrik comenzaba a convulsionarse.
“Al principio pensé que le habían lanzado una piedra”, recuerda su padre. “¡Qué poca, ya lastimaron a mi hijo!”, recriminó el hombre, y salió a pedir ayuda al gerente del lugar.
El personal de Cinépolis no supo qué hacer. Sólo atinó a subir al pequeño a una camilla y acomodarlo en la cajuela de un auto.
Lo sacaron de ahí y, sin avisarle a su papá, lo condujeron al hospital de la Comunidad Económica Europea.
Enrique supuso que ahí estaría, pues el nosocomio se ubica cerca de la plaza. Cuando llegó, los médicos ya atendían al niño, pero la gente del cine ya no estaba ahí.
La función y las actividades en Cinépolis continuaron como si nada hubiera pasado. La Procuraduría no fue notificada entonces.
Por la gravedad, el pequeño necesitaba ser llevado a otro lugar. Su papá pidió que lo trasladaran al Dalinde. Ahí le practicaron una cirugía en el cráneo. Pero el menor no resistió y dos días después murió.
Hasta ahora el Cinépolis opera sin problema alguno. El personal del lugar no ha buscado ni siquiera al papá de Hendrik para apoyarlo, ni para reportar los hechos.
Diego dice
Al parecer al no haber habido sonido de detonación, es muy probable que el asesino tuviera un arma con silenciador, y no dudaría que el mismo lo hubiera hecho en casa, siguiendo las instrucciones de algunos manuales que hay en internet, dicen que solo se escucho un zumbido, que es característico cuando una bala rompe el aire. Lo preocupante es que las autoridades no han revelado si han habido otros hechos similares a este, por que bien se podría tratar de un asesino en serie.