Columna escrita por Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo del finado Luis Donaldo Colosio Murrieta ex-candidato a la Presidencia de la Republica.
La tragedia no te hace a prueba de balas… pero sí las aguantas mejor que los demás… Esta es, quizá, una de las más importantes enseñanzas que la vida hasta el día de hoy me ha dejado. Sin embargo, cada golpe —por sutil o insignificante que pudiera parecer— tiene, tarde o temprano, una cierta manera artera de llegarnos a donde más nos duele. México ha sido ya, por muchos años, un país desorientado, irresponsablemente mal aconsejado y, peor aún, social y moralmente desahuciado.
Al enterarme del sensible fallecimiento de Rodolfo Torre Cantú, candidato a gobernador para el estado de Tamaulipas, sentí un grave y profundo malestar. Esa clase de molestia que impide que uno descanse por las noches, esa angustia inexplicable que nos arroja fuera de nosotros mismos y nos roba maliciosamente de una realidad coherente y explicable. Rodolfo fue mi amigo, y aunque lo conocí muy poco, no lo niego, tenía fe en su persona. No por su partido o propuestas de campaña, sino por su integridad como ser humano que, desde el momento de estrechar su mano, se apreciaba en ondas cálidas de autenticidad y franqueza. Mi más sentido pésame a su familia y amistades, muchos de ellos míos también, por esta irreparable pérdida.