Esta es la columna de hoy de Ciro Gomez Leyva, muy acertada por cierto, pesele a quien le pese.
Gana, sin duda, el proyecto de la alianza PAN-PRD. Se llevan tres gubernaturas (Oaxaca, Puebla y Sinaloa) que jamás habrían ganado por separado. Se meten a la pelea en Durango y levantan admirablemente los números en Hidalgo. El único fracaso es Quintana Roo, y allí, como se dijo aquí el viernes, pasaron demasiadas cosas para hacer un análisis puramente electoral.
Ganan César Nava y Jesús Ortega: nadie los moverá de sus puestos. Y ya pueden lucir rostro de ganadores.
Gana, a pesar de las derrotas, Beatriz Paredes: nueve gubernaturas en un día son un triunfo por donde se le quiera ver.
Gana Fidel Herrera. Y se convierte en un sólido aspirante para presidir al PRI.
Gana Xóchitl Gálvez, tal vez la primera auténtica candidata ciudadana que le da batalla a los mastodontes. Tiene todo el futuro por delante.
Gana Manuel Camacho: es su primer triunfo rotundo en dos décadas. Y deja impreso su sello de estratega.
Gana algo muy, muy extraño en Tamaulipas.
Pierden los dos gobernadores más cuestionados de México: Ulises Ruiz y Mario Marín. Nadie los va a llorar.
Pierde Amalia García. Y por paliza.
Pierde Miguel Ángel Yunes, a quien no le quedó otra que descalificar a medio mundo. Y pierde también, lastimosamente, Dante Delgado.
Pierde también el monrealismo zacatecano. Evitó el triunfo de Amalia y el PRD, pero, como hace un año el PT, obtiene a cambio una miseria.
Pierde Andrés Manuel López Obrador: Los Chuchos seguirán en el control del PRD. No pesará antes de julio de 2011.
Pierde Enrique Peña Nieto: las alianzas, pese a todo lo que hizo, caminaron. Ahora van por él.
Pierde el presidente Calderón: su imagen de intervencionista electoral quedó tatuada. Malas noticias para el país.