Bandita bloggera 🙂 Pues sí que hay de locos a locos, no cabe duda que cada dia sale uno más loc@ que otro jejeje
Vean esta nota, ahora si que para irse pa’trás me cae. 🙁
Primero fue Dakota Rose, más conocida como Kota Koti, que acumuló miles de seguidores en la web por su parecido con la Barbie.
Luego apareció su competencia, la ucraniana Valeria Lukyanova, quien redobló la apuesta por las numerosas cirugías a las que se sometió y llamó la atención no sólo por la similitud con la muñeca, sino también por la delgadez extrema de su cintura.
El último grito había sido de Anastasya Shpagina, quien arrasó en su cuenta de YouTube por su transformación en un personaje de animé.
Ahora, el estadounidense Justin Jedlica irrumpió en los medios. «Yo adoro transformarme y cuanto más extrema es la cirugía, mejor», sentenció en una reciente entrevista en un programa sobre transformaciones extremas de la cadena ABC News.
La lista de operaciones a las que se sometió este neoyorkino de 32 años parece no terminar jamás.
Estima que fueron unas 90, aunque no tiene certezas. Entre ellas, se implantó silicona en su trasero y en sus pectorales, y se “retocó” el abdomen y sus brazos. Da la impresión de que se trata de un fisicoculturista, pero sus músculos no son reales. Él mismo se encarga de aclarar que el gimnasio “no es un lugar glamuroso”, por lo que no hace ejercicio.
Su obsesión por lo estético viene de pequeño. Le molestaba su nariz. Se operó una, dos… cinco veces. Cree que está cerca de lo que llama la “perfección”, pero aún dice que le faltan algunas intervenciones.
Los 100 mil dólares que lleva “invertidos” no son el costo más preocupante de su adicción por las cirugías. Sus médicos le han advertido que la acumulación de silicona es peligrosa. Él se defiende: “Es un precio bajo a pagar a cambio de un cuerpo perfecto”.
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