Pues sí, henos aquí ya en los primeros dias de este 2011.
Con la pila cargada y con las mejores intenciones de llevar a cabo los propósitos de año nuevo, que en lo personal les diré que yo ya casi no hago propósitos de año nuevo, eso de andar queriendo hacer dietas maratónicas de lechuga y agua definitivamente no es para mi, (lo descubrí después de 3 o 4 intentos fallidos jejeje) ni tampoco me clavo en los rollos de que voy a aprender un idioma nuevo o me voy a inscribir en clases de artes plásticas o manufactura de bufandas, y todas esas cosas que luego a mucha gente se les ocurren.
Y aclaro que, son proyectos muy respetables de cada persona.
Igual y algunas veces me he propuesto proyectos y a «jalones y tirones» -como diría mi sabia abuela- los he llevado a buen término.
Por lo general cuando iniciamos uno de estos propósitos o proyectos empezamos con mucho entusiasmo, en el caso de los o las que alguna vez en la vida se nos ocurrió ponernos a dieta, vamos y nos surtimos de brocolis y zanahorias, de galletas light 0% azúcar -que al final se quedan arrumbadas en la alacena-
Y ahi estamos abrazados de una botella de agua que parece que nació con nosotros.
Pero y al cabo de unos días, ¿qué pasa? Ocurre un desánimo cuando vemos que al final de la primera semana la aguja de la báscula casi ni se mueve, la ropa casi nos queda igual, vemos que casi nada a cambiado. Y ese desánimo y frustración muchas veces terminan por darle al traste a todos esos proyectos que considerabamos tan alcanzables al principio.
Y para colmo, nos consolamos con un kilo de nieve de pistache o una mega dotación de hot dogs. jejeje 🙂
Qué es lo que tenemos que hacer para no frustranos? para no sentirnos culpables cuando vemos que un objetivo se nos está volviendo dificil de lograr? [Leer más…] acerca de Para que no te fallen los propósitos de año nuevo…