Hace ya algunas lunas (como dirían los indígenas norteamericanos) escribí en alguno de los post perdidos de este blog de blogs relacionados sobre el tema del matrimonio entre personas del mismo sexo acerca de mi percepción de que si bien es cierto que se veía difícil (pero no imposible) la legalidad y constitucionalidad de los matrimonios de jotitas y lesbianas, si veía extremadamente lejano el día en que la adopción de parejas del mismo sexo fuese una realidad en nuestro país.
Pues bien… Ese día llegó … y de qué manera! El día de ayer, la Suprema Corte de Justicia (SCJ) de nuestro país falló en contra de la controversia constitucional promovida por la Procuraduría General de la Republica (PGR) contra la legalidad de la adopción por parte de parejas del mismo sexo. En días pasados, otras dos controversias promovidas también por la PGR sobre el mismo tenor de temas (sobre si los jotitos y las comadres machorras tenemos o no derecho de casarnos y que sea reconocida nuestra unión de manera legal) fueron de igual manera perdidas por la PGR.
El resultado final fue polémico por muchos aspectos. Descontando los consabidos reclamos con o sin sustento sobre la actuación de la Corte en otros temas, como el caso de la guardería ABC, la legalidad de la decisión de disolución de LyFC y otros asuntos polémicos que para muchos, son la “prueba” (así, entre comillas) de que la corte “es una bola de viejos decrépitos, ricos y que solo ven por sus intereses”; de igual manera el resultado del (por así llamarlo) “Caso de los jotitos que se querían casar y tener una familia” ha dejado en el camino además de infinitos ríos de opiniones a favor y en contra una situación que divide aun más a la de por si polarizada ya sociedad mexicana.