Ahora si que completa y totalmente deacuerdo con Ciro Gómez Leyva, no encuentro manera de objetar nada de su columna. Solo agregar que como dijo Ernesto Cordero, Josefina Vazquez Mota es una Mentirosa Patologica.
LA HISTORIA EN BREVE | Ciro Gómez Leyva
Al organizador del evento de ayer en el estadio Azul deberían cesarlo en automático. Es un inepto. O un irresponsable que expuso a la candidata presidencial, quien, por lo demás, muere de ganas por parecerse a Echeverría o López Portillo.
Alguien planeó regalarle una gran fiesta a Josefina. O ella la soñó para sí misma. Como sea, se trataba de llevar a 35 mil personas para que gritaran como fans de Justin Bieber, o matraqueros de Humberto Moreira, cuando ella dijera: “Sí, protesto; soy la candidata del PAN”.
El acto estaba programado para las 11, pero a esa hora menos de la mitad de las butacas estaban ocupadas. Hay mediodías de marzo en que el viento sopla con entusiasmo en la capital, despierta los árboles, agita las ramas. Hay otros en que se queda dormido y el sol reina sin contrapeso. Así fue el de ayer.
A la una y 15, Josefina tomó por fin el micrófono y cientos, miles se levantaron para marcharse por las escaleras, agotados, cabizbajos, al mejor estilo de los aficionados del Cruz Azul cada vez que eliminan a la Máquina en la liguilla.
¿Coincidencia, insolación, hartazgo, protesta? No sé si Josefina tomó conciencia o su discurso estaba diseñado para ser inusualmente breve. Fueron apenas 16 minutos de cursilonas vaguedades, tipo “vivimos en el mejor país del mundo”, o “que sea el amor a México lo que viva en las almas”; 16 minutos de vulgaridades propagandísticas, tipo: con el PAN ya no hay censura, ni simulación ni están endeudados nuestros hijos.
Dieciséis minutos en que la gente huyó y Josefina pareció uno de esos gallos que creen que el sol sale para oírlo cantar.
Qué vergüenza.