Cuando menos una vez en la vida a todos nos ha tocado o nos tocará estrenar casa, ya por independizarnos, por casarnos, ya por divorciarnos, porque nuestros progenitores nos corren de la casa, ya porque nos vamos a vivir al extranjero o porque la puta puerca no parió.
El meollo del asunto a fin de cuentas gira en que estrenamos casa. Pues bueno, a menos que tengamos mucha solvencia económica nuestro nuevo y todavía con olor a pintura dulce hogar suele estar vacío que ni cortinas tiene. Y es aquí donde el ciudadano promedio así como ustedes y como yo, entra en el siempre presente conflicto: ¿qué chingados muebles comprar con mi puto salario pendejo de oficinista pedorro?
Aclaro: Yo no soy un chingado oficinista pedorro como ustedes, mis pequeños y onanistas lectores; es más, ni trabajo tengo, pero al igual que ustedes, jodidos clasemedieros (esto no va para Aries que hasta chacha clueca tiene) tampoco cuento con 400 mil varos para en una tarde de verano visitar mi Liverpool de confianza y amueblar la casa de un madrazo.
Aclaración segunda: de hecho no estoy cambiando de casa, pero no por eso voy a ser envidioso y a dejarlos sin mis grandes enseñanzas en este mundo cruel, despiadado y peligroso, mis pequeños, pobres, ignorantes, feos, grasientos de tanto comer quecas y acomplejados lectores.
Así que para hacerles la vida más fácil les presento una lista en orden de importancia del mayor al menor con los cinco muebles y/o aparatos eléctricos que primeramente deben adquirirse en todo hogar pobre que se precie de serlo: