El día de hoy apareció en El Universal esta preocupante nota desde Venezuela:
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, utilizó sus poderes de decreto para llevar a cabo una revisión general de las agencias de inteligencia del país, lo que ha desatado una feroz contraofensiva de grupos de derechos humanos y estudiantes quienes afirman que la medida obligará a los ciudadanos a informar sobre las actividades de sus familiares, vecinos y conocidos para evitar la cárcel.
La nueva ley obliga a los ciudadanos a presentarse en las agencias, ante la policía secreta o grupos comunitarios de activismo leales a Chávez. El negarse a ello puede conllevar una pena de cárcel de entre dos y cuatro años para la mayoría de la gente, y de seis para los empleados gubernamentales.
Los cambios en los sistemas gubernamentales de inteligencia reflejan un esfuerzo de Chávez para ejercer mayor control sobre las instituciones públicas, tras una incómoda derrota en diciembre sobre un paquete de reformas constitucionales que habrían incrementado sus poderes.
Mientras Chávez y el ministro del Interior, Ramón Rodríguez Chacón, aseveran que la norma garantiza la «seguridad nacional» frente a los «ataques imperialistas», académicos la consideran «regresiva» en materia de Derechos Humanos y, por tanto, «inconstitucional».
Hugo Chávez, en su afán de hacer de Venezuela la nueva capital mundial del Socialismo â??bonitoâ? (ese que tanto les encanta a los izquierdistas de café coyoacanenses), ha comenzado a convertirse en una versión tropical de la extinta Unión Soviética Estalinista.
El Padrecito Stalin [nombre cariñoso que le daban sus miles â?¦ millones! de fieles compañeros de partido], quién fue el secretario general del partido comunista de la Unión Soviética de 1922 hasta su muerte en 1953 es famoso, entre otras cosas, porque en su virtual dictadura, los soviéticos pasaron de ser un estado con una economía basada en la agricultura a convertirse en una potencia industrializada (bueno! al menos para los países socialistas y comunistas de esa época) y por su paranoia por conservar el poder que le hacía pensar que cualquier sovietico, era un traidor espía a la causa revolucionaria.
A finales de los años 30 del siglo pasado, Stalin implementó, con la ayuda de la KGB y la NKVD (órganos de represión política y policial del régimen soviético) lo que consideró la mejor manera de salvaguardar a la patria soviética de seres indeseables a su régimen. La Gran Purga Stalinista no fue sino el acallamiento masivo no solo de disidentes al régimen estalinista, sino que incluyó a militares e inclusive políticos y militantes de su propio partido. Oficialmente, se dice que fueron cerca de 25 mil personas desaparecidas o deportadas a los campos de prisioneros del Gulag, en Siberia, donde la mayoría murió por las condiciones extremas del clima.
Aleksandr Solzhenitsyn en su magnifico libro-ensayo Archipiélago Gulag describe una era de terror en la unión Soviética donde el camino al País del Gulag empezaba con el simple señalamiento anónimo de ser disidente o de llevar a cabo acciones contra revolucionarias que podrían afectar al régimen y así, sin un proceso legal o juicio, miles de personas fueron literalmente secuestradas por el régimen estalinista y condenados a cumplir sentencias a trabajos forzados por el simple hecho de que alguien, por las razones que fueran, lo señalo como â??agente contrarrevolucionarioâ?.
Lo más preocupante de este asunto, además de lo que podría pasar en Venzuela, es que cierto grupos â??de izquierdaâ? consideran a Chávez y a Stalin como â??héroes socialistasâ? y si no me creen, ahí están los grupos de apoyo a los maestros de la APPO en Oaxaca, que alegremente ondean cartelones con las imágenes de Marx, Lenin, Mao y â?¦ Stalin!
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