Videojuegos

Normalmente pensamos que la persona ociosa es alguien que pierde su tiempo y que es improductivo. Pero esto no es necesariamente cierto. El ocio nos ha acompañado durante siglos y ha sido el motor de las ciencias y las artes. También del delicioso placer de disfrutar la vida, descansar la mente y prepararse para futuras creaciones.

Extrañamente, el ocio es mas complicado de lo que parece. Para empezar se divide en dos tipos: casual y serio. El casual es el que nos ocupa con placeres de corto plazo, como jugar, leer, ver la tv, etc. El segundo es la base del altruismo, con gente con suficiente tiempo libre como para ayudar a otros.

Una de las bondades del ocio es que nos permite movernos con libertad. Somos felices porque tenemos el control, somos capaces de decidir como y en que desperdiciamos nuestro tiempo libre (algo que no ocurre con otras areas de la vida como el trabajo o la familia). Serí­a bueno preguntarnos como podemos disfrutar y maximizar los placeres de nuestro ocio. ¿Cuando? Adivinaste: En nuestros ratos libres.

Por lo pronto, dejo de lado la cultura y las artes en este primer post sobre el ocio, para dedicarlo a uno de los pasatiempos simbólicos de nuestros tiempos: Los videojuegos.

No se puede hablar de videojuegos sin mencionar al que ostenta el tí­tulo de ser el más vendido de la historia: LOS SIMS, que ya cuenta con decenas de versiones y actualizaciones. El objetivo del juego es literalmente crear la vida de los personajes virtuales y atender sus necesidades diarias como alimentación, sociabilidad, trabajo, higiene y recreación. ¿Un concepto ridí­culo? Asi es ¿Adictivo? Tambien. Quizá lo más curioso y patético de los Sims sea como nos desenvolvemos nosotros con ellos y podemos convertirlos en reflejo de nuestras propias vidas. Es decir, el personaje Sim puede ser una persona solitaria, descuidada y desmadrosa y cuyo único objetivo es conseguir dinero y bienes materiales. O todo lo contrario.

Algunos pensamos que Los Sims es un juego mas bien del tipo femenino, como jugar a las casitas o algo así­. Pero una vez que se juega, se da uno cuenta de las posibilidades. Ha sido reconfortante saber que no soy el único que ha disfrutado torturando a Los Sims. Un método clásico es eliminar el baño y poner el escusado en medio de la sala. El Sim, normalmente pudoroso, se abstendrá de descargar su necesidad frente a todos y sufrirá porque su creador no le permite defecar como marcan las reglas de la decencia y el propio juego.

Mención aparte merecen los asesinatos de los Sims. Algunos métodos conocidos son literalmente ´emparedar´al personaje, sin ventanas, sin baño y sin alimentos, al cabo de unos dí­as el Sim morirá dentro de charcos de su propia inmundicia. Tambien funciona darle una muerte mucho más rápida si se quitan las escaleras de salida a una alberca mientras el Sim esta nadando, tal vez sea un error de programación, pero por lo menos en las versiones que conozco, el Sim comienza a nadar desesperadamente hasta que termina ahogado. Más sofisticado es el método de electrocutarlo, evita que el Sim se instruya y lea libros y despues de un tiempo ordénale que repare la lavadora descompuesta, eso será lo último que haga. Y por último el método más espectacular: construye una chimenea y ponla enseguida de un asador de gas, alfombras, sillas y cuadros de pared complementarán el coctel explosivo que terminará en un incendio que consumirá todo el interior de la vivienda. Si se desea aumentar el caos, lo anterior se hace justo en medio de una fiesta concurrida. Nada mejor que eliminar las puertas de salida justo antes de que comience el incendio para elevar la mortandad. El griterí­o es espeluznante.

En fin, extrañas formas de pasar el tiempo que nos ha tocado vivir. (Y eso que no se han mencionado las famosas ´Lan Partys´ de Quake, Battlefield, Halo y similares).

* Con información de un artí­culo de la revista CM, No. 162