Desde hace unos días he sido amenazado por algunos curiosos «narcocristianos» que utilizando esta tecnología diabólica como lo es el Internet, me han lanzado algunas amorosas profecías como que:
«me queda muy poco tiempo»,
«una amenaza pesa sobre mi cabeza que no tarda en ser juzgada»
«no podré contra el león de la tribu de Judá»
y otras delicadezas por el estilo, entre las que destaca alguien que dice que «me avergonzará porque el Espíritu Santo, alias la Palomita Buena Onda le revelará algun sucio secreto mío».
Pobres imbéciles, resultaron peor que los defensores del Viejito que se Cree Presidente. Pero como este es un sitio plural, los reto a que cumplan su promesa de avergonzarme, aunque dudo que su supuestamente poderoso espíritu santo pueda informarles siquiera el nombre de algo a lo que soy alérgico y que me puede matar si lo ingiero.
En fin, el tema del día de hoy es recordar a un ensayo clásico racionalista titulado acertadamente como Besando las nalgas de Hank. Espero lo disfruten.