Por: Rubén Cortés
#YoSoy132 perdió el aura a “primavera mexicana” que nunca tuvo, pero algunos quisieron verle no sólo por corrección política, sino porque un país donde la mitad de sus habitantes tiene menos de 26 años, urge de un genuino movimiento juvenil que colabore en la conducción de la sociedad.
Definitivamente, #YoSoy132 no lo es: se decantó como satélite de un movimiento político que busca el poder, el de AMLO, lo cual no está mal, sólo que elimina la impronta incluyente y “apartidista” que decía tener y le granjeó simpatías en el 19 por ciento que aún no decide su voto.
Ahora formará parte de las huestes de AMLO, que desde el 10 de junio tomarán las calles del Distrito Federal y del resto del país, en lo que Ricardo Monreal, jefe de la campaña del candidato de las izquierdas, denomina “tercera fase” de su actual competencia electoral.
Para definirse como un movimiento surgido para luchar contra el posible triunfo electoral del candidato priista, Enrique Peña, #YoSoy132 usó ayer en su asamblea los términos de AMLO: “Vamos contra la imposición mediática de cualquier candidato y la manipulación de las televisoras”.
Y “vamos contra un proceso electoral contaminado que pretende restaurar el viejo régimen” y rechazamos “la coacción del voto, la represión y otras prácticas antidemocráticas” porque “existe suficiente evidencia de que la cara actual de ese régimen es Enrique Peña Nieto”.