Anoche encontré un libro, debo decir que me interesó mucho, hace mucho que no leía por falta de tiempo, y porque si me pongo a leer lo tengo que terminar hasta el final, pues no me gusta el suspenso, pero bueno a que viene esto, que después del ataque a Bagdad, a través de la Televisión pude percibir los sonidos de las bombas, la manera en que el cielo se iluminaba debido a las explosiones, fue algo verdaderamente impresionante, que podré decir de las personas que lo viven de cerca, no sólo en la guerra de hoy, si no en otras tantas guerras, y es por eso que tómo lo siguiente del libro que anoche leí:
– «Anoche tuvimos un cortocircuito, precisamente durante un bombardeo. No puedo librarme del miedo a los aviones y a las bombas. Me paso casi todas las noches en el lecho de papá en busca de protección. Es una niñería, lo admito, pero si tú tuvieras que pasar por eso… Los cañones hacen un estruendo de los mil diablos.
– De repente, empezaron a tirar con las ametralladoras, lo que es cien veces más aterrador que los cañones…»
Miércoles 10 de marzo de 1943
– «Me es imposible absolutamente construirlo todo sobre una base de muerte, de miseria y confusión. Veo el mundo transformado cada vez más en un desierto; oigo más fuerte el fragor del trueno que se acerca y que anuncia probablemente, nuestra muerte. Me compadezco del dolor de millones de personas; y sin embargo, cuando miro el cielo pienso que todo eso cambiará y que todo volverá a ser bueno, que hasta estos días despiadados tendrán su fin, y que el mundo conocerá de nuevo el orden, el reposo y la paz.»
Sábado 15 de Julio de 1944
Tuya Ana Frank
Después de todo creo que todos o muchos pensamos igual a ella y tenemos los mismo deseos, pero quizás jamás podamos ver esos deseos de aquella pequeña niña que murió en los terribles centros de concentración en medio de una guerra, que si bien era justificada, jamás dejará de ser guerra.