En un día como hoy pero de 1941, Heinrich Himmler, jefe de la policía alemana en el Ministerio del Interior, ordenó construir el campamento Auschwitz-Birkenau en un poblado polaco llamado Brzezinka.
Desde 1938 la Alemania Nazi había iniciado la creación de diversos campamentos de reclusión para los ‘desadaptados sociales’, como parte de la campaña denominada Solución Final, que consistía en eliminar a todos los judíos de una manera más rápida y eficaz que los fusilamientos en masa.
De todos los campos de concentración, el de Auschwitz, ubicado en una zona pantanosa e insalubre, con capacidad para alojar a 100 mil prisioneros en 300 barracones de madera y piedra, pasaría a ser el mas ‘famoso’ debido a la gran cantidad de víctimas sacrificadas.
Los prisioneros al llegar al campamento despues de un viaje en tren donde eran tratados peor que si fueran animales, eran despojados de toda su ropa y pertenencias, despues los obligaban a formarse hombres y mujeres por separado. Los oficiales nazis hacian una inspección rigurosa para separar a quienes podían desempeñar trabajos pesados. A los ‘menos aptos’ (niños, mujeres, ancianos y discapacitados) los engañaban diciendo que iban a ser desinfectados en unas habitaciones que en realidad eran unos hornos equipados con cámaras de gas y con capacidad de aniquilamiento de casi 5,000 personas diarias. Bastaban menos de 30 minutos para acabar con la vida de 500 seres humanos.
No fue sino hasta los inicios de 1945 cuando los alemanes, ya casi a punto de ser derrotados empezaron a evacuar Auschwitz y a efectuar las llamadas ‘Marchas de la Muerte’, en las cuales los prisioneros eran obligados a caminar bajo la lluvia y nieve con el propósito de erradicar las huellas de los asesinatos en masa.
Cuando los rusos llegaron a Auschwitz-Birkenau el 27 de Enero de 1945, solo quedaban 7,000 reclusos, muchos de ellos moribundos. A pesar de que los alemanes habían tratado de borrar las pruebas de su barbarie, quedaban cerca de un millón de vestimentas de hombres y mujeres como prueba del exterminio.
En 1995 se colocó una placa en Birkenau con la siguiente inscripción: «En este lugar donde los nazis asesinaron a un millon y medio de hombres, mujeres y niños, en su mayoría judíos de diversos paises de Europa, queda este grito de desesperación y advertencia».
Yo no soy precisamente un defensor y admirador de los judíos, pero siempre me ha fascinado su historia y las grandes injusticias que se han cometido contra ellos, casi siempre en el nombre de Dios.