Hace unas semanas, comía yo un delicioso sándwich de salmón en el desayunador de mi cocina, mientras platicábamos mi marido, su primo y su esposa. Ella es una de esas “niñas bien” que durante sus años de señorita, se las dio de muy rebelde y avant garde. Se había ido un tiempo a estudiar a una universidad europea Historia del Arte y en pocas palabras, era (y es) una mamona insufrible y más cuando le daba por humillarnos una y otra vez contándonos las cientos de fiestas a las que estuvo por toda Europa y de cómo conoció a personajes del mundo del arte, la moda y la política. Decía que ella si podía entender del todo la música y las letras de Pink Floyd porque había tenido la oportunidad de platicar en un par de ocasiones con David Gilmore, el guitarrista de esta banda británica. Mi marido y yo no ponemos en duda que lo conozca (porque de hecho, efectivamente si lo conoce), sino que más bien la culta dama se lo “merendó” al menos una vez … bueno! chismes aparte, ella es algo así como la única niña bien que conozco que gusta de Pink Floyd hasta la nausea.
Ese día, en el desayuno, la mujer estaba algo irritada y sabiendo que a ambos dos (mi marido y yo) gustamos de la “música estridente y loca” (sic), educadamente, limpiándose los restos de café de los labios, nos pregunto: ¿“Ustedes le pondrían grafiti a las Meninas de Velazquez”? A mí se me atragantó el bocado de salmón y mi marido esbozo una sonrisa entre fastidio y burla. Ya conocíamos las diatribas de esta mujer y aun mas, sabíamos que una pregunta como la que hacia invariablemente, tenía un dejo clasista y despectivo … aunque ella asegura que adora a los gays. Obviamente, la respuesta automática fue “no! que va!” y eso fue lo que contestamos. Entonces la perra esta, sonriendo maliciosamente sacó su iPhone y nos dijo “a ver qué opinan de esto” y cuando le dio play, comenzó a sonar “Breathe” del Dark Side Of The Moon … en la interpretación de los Flaming Lips. No pudimos terminar la canción porque abruptamente ella terminó la reproducción de la misma; así que para hacerla encabronar más, le dije que tenía ya comprado todo el disco y si quería, lo podíamos oir juntos…
Esto fue hace como dos meses y aun mi marido no me perdona que haya “insultado” a la esposa de su primo con este comentario que afortunadamente, ha tenido alejado a ese par de nuestra casa por bastante tiempo.