no se quien me enseño estas bellas líneas de algún victoriano poema pienso, de algún alejado rincón del otro lado del atlántico y reza así…
«Estaba la muerte un día,
sentada en un arenal,
con unas tijeras de palo…
RASURíNDOSE EL TAMAL»
Me lo enseñaron cuando tenía yo aproximadamente 5 años, en uno de los cientos de viajes que hice a Bahía de Kino en mi infancia, pero no se quien.
hehe… no se porque se me grabó