– Evite elaborar, insistente y detalladamente, sobre los pequeños malestares del cuerpo que no provoquen en los asistentes rush dramático por la expectativa de su muerte, tales como: dolores de cabeza, ligeros mareos, diarreas, acidez estomacal, inapetencia temporal, etc…
– Desista de la creación de insufribles acertijos para sus visitantes basados en códigos binarios, nombres de jedis, términos computacionales arcanos, y temáticas similares.
– La pubertad es un estado de excesos hormonales, asimetría corporal, requiebres involuntarios de voz, obsesión masturbatoria, y paranoia social… no acentúe su patetismo acompañándola de un blog.
– Evite que su público deteste tanto a su madre como usted, reconociendo que la mención de los conflictos con sus progenitores resulta divertida una o dos veces… cuando mucho.
– La recomendación de tests al estilo de â??¿Cuál personaje de Buffy eres tú?â? â??¿Qué sentimiento/color/canción/tipo-de-toalla-higiénica-eres-tú?â?, etc., deben de acompañarse de al menos un párrafo de sus interesantes comentarios, procurando esperar al menos una semana antes de realizar uno adicional.
– Uno de los efectos de la cibernética en el cerebro es la poderosa sensación de que los límites de lo real pueden transgredirse; pero le aseguro, estimado amigo, que usted no es el Conde Drácula, hada mágica o demonio medieval. Acompase la interrupción de la corriente eléctrica de su disco duro, con la de sus alucines.
– Deje de quejarse sobre la imposibilidad para actualizar el contenido del blog, que sólo hace que sus visitantes le imprequen â??gí¼evón de mierdaâ?con más fuerza.
– No, las faltas de ortografía y sintaxis no son muestra de rebeldía… No, tampoco de libertad espiritual… No, tampoco son muestra de su espíritu anárquico. No… y con una chingada: déjese de huevonadas, asista a cursos de redacción y lea.
– Desarrolle un sexto sentido que fomente la comprensión de que no siempre las cámaras digitales son sus aliadas.
– Su autocensura en materia política nace de la ilusoria sensación de que es leído por más de 5 personas. Venga, suéltelo de una vez y vámonos todos a casa… Venga…
No tengo todo el día, ¿sabe?