No le temo a la muerte, sólo que no me gustaría estar allí cuando suceda. (Woody Allen)
La muerte puede referirse a un estado o a un evento. La muerte como estado es el opuesto a la vida. La muerte como evento es el fin de la vida, opuesto al nacimiento. El evento de la muerte es la culminación de la vida en un organismo vivo, mientras que el estado es lo que sucede a dicho evento.
El tipo de muerte más importante para el ser humano es sin duda la muerte humana.
La reflexión acerca de la muerte del ser humano trae consigo algunas preguntas.
¿Qué ocurre a los seres humanos tras la muerte? Qué ocurre al espíritu, conciencia o alma de un ser humano tras su muerte? Preguntas sobre la existencia de la vida después de la muerte o la reencarnación, continúan hoy sin resolver. Para muchos, la creencia en la vida tras la muerte es un consuelo en conexión a la muerte de un ser amado o ante la conciencia de la muerte propia. Por otra parte, el miedo al infierno puede hacer de la muerte algo aún más trágico. Las inquietudes humanas con respecto a la muerte han sido históricamente una importante motivación para el desarrollo de religiones. Muchos antropólogos creen que los entierros dedicados de los Neandertales son evidencia de su creencia en la vida después de la muerte.
La muerte en la sociedad humana
En torno a la muerte giran todas las culturas y organizaciones sociales humanas. Así, su concepción de la muerte como fin o como tránsito, su creencia en una vida después de la muerte, en el juicio… actuan como condicionantes para la actuación de los individuos en un sentido u otro. La idea de inmortalidad y la creencia en el Más Allá aparecen de una forma u otra en prácticamente todas las sociedades y momentos históricos. Parece que el ser humano necesita creer en ello como cláusula de cierre que otorgue sentido a su existencia.
No existen evidencias concluyentes ni a favor ni en contra de esa vida ultraterrena, por lo que queda al arbitrio de los individuos, en el marco de los conceptos dados por su sociedad, la decisión de creer o no creer y en qué creer exactamente. La esperanza de vida en el entorno social determina la presencia en la vida de los individuos de la muerte, y su relación con ella. Su presencia en el arte es constante, siendo uno de los elementos dramáticos a los que más se recurre tanto en el teatro, como en el cine o en novelas y relatos.
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