Era una noticia algo previsible, una vez que hace ya varias semanas el tribunal que lo juzgaba lo encontro culpable de los cargos en su contra. Específicamente la matanza de 148 aldeanos chiítas en Dujail.
Triste fin para un tirano que goberno un pais por 24 años y que cometió el error de jugarle de valiente y provocador a dos presidentes Bush.
No es que Saddam no se lo mereciera, lo cuestionable del tema es la increíble soberbia y prepotencia de los EUA para hacer su papel de policía del mundo para poner y quitar gobiernos. Y en la opinión algunos, solo empeorar la situación de Irak.
No me atrevo a desearle que descanse en paz, pero no puedo evitar recordar aquel añejo capítulo de la serie South Park donde el ex dictador sirve de entretenimiento a Satanás.
Mencion aparte merecen aquellos que no dudaron en ‘ajustar’ las ‘profecías’ de Nostradamus que hacen mención a un tal MADAS (Sadam al reves) como el causante directo de una guerra que pondría fin al mundo como lo conocemos. Ni modo, a buscarle por otro personaje porque la teoría de Madas ya caducó.
Esta ejecución también plantea una cuestión interesante: Si Hussein se merece la horca por asesinar a un centenar de sus paisanos ¿Que se merecerá el presidente Bush por condenar a muerte a miles de sus compatriotas al enviarlos y mantenerlos en la ocupación de Irak?